En
el nombre del Señor Jesucristo de Nazareth, y por el poder de su cruz, sangre y
resurrección, asumo autoridad sobre todas las maldiciones, maleficios,
hechizos, prácticas de vudú, brujerías, rituales satánicos, encantamientos y
malos deseos dirigidos contra mí o que han sido transmitidos por la línea
directa de mis antepasados. Por el poder de Jesucristo, el Señor resucitado,
rompo toda influencia que estas maldiciones tengan sobre mi vida y les ordeno
que regresen a sus fuentes de origen y sean substituidas por una bendición.
Pido
perdón y renuncio a todos los votos y acuerdos negativos personales que haya
hecho con el enemigo y te ruego, Señor Jesucristo, que me libres de cualquier
cautiverio al cual me hayan tenido sometido. Reclamo que la sangre que
derramaste bañe todos los aspectos de mi vida, mis relaciones, mis obras
ministeriales y mis finanzas. Te doy gracias por tu amor imperecedero, tu
protección angelical y por la plenitud de tus abundantes bendiciones.
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