NOTAS SOBRE LA MISERICORDIA DE DIOS EN LA BIBLIA


En la Biblia, encontramos a los profetas y elegidos de Dios, a Jesús y sus apóstoles: alabando, implorando, anunciando y adorando la Divina Misericordia, en cada momento.  La Misericordia de Dios, estuvo “desde siempre” para nosotros.

Los textos que siguen, ayudarán a comprender más el mensaje de la Misericordia y a tenerlo presente en la lectura de las Sagradas Escrituras.  Al pie de esta página, encontrarán también, algunas otras lecturas que se recomiendan para ser leídas y meditadas en oración.

Se debe observar que la misericordia de Dios no es como la están planteando los evangélicos, protestantes y católicos light, la misericordia de Dios está ahí, es gratuita, pero para ganarla, o parea tener derecho a ella la persona tiene que trabajar, tiene que hacer su propio esfuerzo.

  • Gn. 19, 19

Tú has sido bondadoso con tu servidor y me has demostrado tu gran misericordia, salvándome la vida. Pero yo no podré huir a las montañas, sin que antes caigan sobre mí la destrucción y la muerte.

  • Ex. 20, 6

Y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.

  • Núm. 14, 18

El Señor es lento para enojarse y está lleno de misericordia. El tolera la maldad y la rebeldía, pero no las deja impunes, sino que castiga la culpa de los padres en los hijos y en los nietos hasta la cuarta generación.

  • Núm. 14, 19

Perdona, por favor, la culpa de este pueblo según tu gran misericordia y como lo has venido tolerando desde Egipto hasta aquí.

  • Deut. 5, 10

y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.

  • Deut. 13, 18

Y no retengas nada de lo que debe ser consagrado al exterminio. Así el Señor aplacará el ardor de su ira, se apiadará y tendrá misericordia de ti, y te multiplicará, como lo juró a tus padres,

  • Deut. 30, 3

Entonces el Señor, tu Dios, cambiará tu suerte y tendrá misericordia de ti. Él te volverá a reunir de entre todos los pueblos por donde te había dispersado.

  • 2Sam. 24, 14

David dijo a Gad: “¡Estoy en un grave aprieto! Caigamos más bien en manos del Señor, porque es muy grande su misericordia, antes que caer en manos de los hombres”.

  • Is. 63, 7

Recordaré los favores del Señor, alabaré sus proezas, por todo el bien que él nos hizo en su gran bondad hacia la familia de Israel, y por todo el bien que nos hizo en su compasión y en la abundancia de su misericordia.

  • Os. 2, 21

Yo te desposaré para siempre, te desposaré en la justicia y el derecho, en el amor y la misericordia;

  • Jon. 4, 2

Entonces oró al Señor, diciendo: “¡Ah, Señor! ¿No ocurrió acaso lo que yo decía cuando aún estaba en mi país? Por eso traté de huir a Tarsis lo antes posible. Yo sabía que tú eres un Dios bondadoso y compasivo, lento para enojarte y de gran misericordia, y que te arrepientes del mal con que amenazas.

  • Zac. 7, 9

Así habla el Señor de los ejércitos: Hagan justicia de verdad, practiquen mutuamente la fidelidad y la misericordia.

  • Sal. 6, 5

Vuélvete, Señor, rescata mi vida, sálvame por tu misericordia,

  • Sal. 13, 6

Yo confío en tu misericordia: que mi corazón se alegre porque me salvaste. ¡Cantaré al Señor porque me ha favorecido!

  • Sal. 31, 17

Que brille tu rostro sobre tu servidor, sálvame por tu misericordia;

  • Sal. 33, 18

Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia,

  • Sal. 36, 6

Tu misericordia, Señor, llega hasta el cielo, tu fidelidad hasta las nubes.

  • Sal. 36, 8

¡Qué inapreciable es tu misericordia, Señor! Por eso los hombres se refugian a la sombra de tus alas.

  • Sal. 44, 27

¡Levántate, ven a socorrernos; líbranos por tu misericordia!

  • Sal. 48, 10

Nosotros evocamos tu misericordia en medio de tu Templo, Señor.

  • Sal. 52, 10

Yo, en cambio, como un olivo frondoso en la Casa de Dios, he puesto para siempre mi confianza en la misericordia del Señor.

  • Sal. 57, 11

Porque tu misericordia se eleva hasta el cielo, y que tu gloria cubra toda la tierra!

  • Sal. 59, 18

¡Yo te cantaré, fuerza mía, porque tú eres mi baluarte, Dios de misericordia!

  • Sal. 62, 13

Y a ti, Señor, la misericordia. Porque tú retribuyes a cada uno según sus acciones.

  • Sal. 66, 20

Bendito sea Dios, que no rechazó mi oración ni apartó de mí su misericordia.

  • Sal. 85, 8

¡Manifiéstanos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación!

  • Sal. 86, 5

Tú, Señor, eres bueno e indulgente, rico en misericordia con aquellos que te invocan:

  • Sal. 94, 18

Cuando pienso que voy a resbalar, tu misericordia, Señor, me sostiene;

  • Sal. 100, 5

¡Qué bueno es el Señor! Su misericordia permanece para siempre, y su fidelidad por todas las generaciones.

  • Sal. 103, 8

El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia;

  • Sal. 106, 45

Se acordó de su alianza en favor de ellos y se arrepintió por su gran misericordia;

  • Sal. 107, 8

Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en favor de los hombres,

  • Sal. 107, 15

Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en favor de los hombres,

  • Sal. 107, 21

Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en favor de los hombres:

  • Sal. 107, 31

Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en favor de los hombres:

  • Sal. 107, 43

El que es sabio, que retenga estas cosas y comprenda la misericordia del Señor.

  • Sal. 108, 5

Porque tu misericordia se eleva hasta el cielo y tu fidelidad hasta las nubes.

  • Sal. 109, 16

Porque nunca pensó en practicar la misericordia, sino que persiguió hasta la muerte al pobre, al desvalido y al hombre atribulado.

  • Sal. 109, 21

Pero tú, Señor, trátame bien, por el honor de tu Nombre; líbrame, por la bondad de tu misericordia.

  • Sal. 109, 26

Ayúdame, Señor, Dios mío, sálvame por tu misericordia,

  • Sal. 119, 41

Que llegue hasta mí tu misericordia, Señor, y tu salvación conforme a tu promesa.

  • Sal. 119, 76

Que tu misericordia me consuele, de acuerdo con la promesa que me hiciste.

  • Sal. 119, 88

Vivifícame por tu misericordia, y cumpliré tus prescripciones.

  • Sal. 130, 7

Espere Israel al Señor, porque en él se encuentra la misericordia y la redención en abundancia:

  • Sal. 145, 8

El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia;

  • Sal. 147, 11

El Señor ama a los que lo temen y a los que esperan en su misericordia.

  • Prov. 28, 13

El que encubre sus delitos no prosperará, pero el que los confiesa y abandona, obtendrá misericordia.

  • Rut. 1, 8

Noemí dijo a sus nueras: “Váyanse, vuelva cada una a la casa de su madre. ¡Que el Señor tenga misericordia de ustedes, como ustedes la tuvieron con mis hijos muertos y conmigo!

  • Lam. 3, 22

La misericordia del Señor no se extingue ni se agota su compasión;

  • Lam. 3, 32

Si aflige, también se compadece, por su gran misericordia.

  • Dn. 2, 18

Instándolos a implorar misericordia ante el Dios del cielo acerca de aquel misterio, a fin de que no los hicieran perecer, a ellos y a él, con el resto de los sabios de Babilonia.

  • Dn. 4, 24

Por eso, rey, acepta mi consejo: redime tus pecados con la justicia y tus faltas con la misericordia hacia los pobres; tal vez así tu prosperidad será duradera”.

  • Dn. 9, 9

¡Al Señor, nuestro Dios, la misericordia y el perdón, porque nos hemos rebelado contra él!

  • Dn. 9, 18

Inclina tu oído, Dios mío, y escucha; abre tus ojos y mira nuestras ruinas y la ciudad que es llamada con tu Nombre, porque no presentamos nuestras súplicas delante de ti a causa de nuestros actos de justicia, sino a causa de tu gran misericordia.

  • Neh. 9, 19

Pero aún entonces, por tu gran misericordia, ni los abandonaste en el desierto: la columna de nube no se alejó de ellos de día, para guiarlos por el camino, no la columna de fuego durante la noche, para iluminarles el camino que debían recorrer.

  • Neh. 9, 27

Tú los entregaste en manos de sus opresores, y ellos los oprimían. En el momento de la opresión, clamaban a ti; tú los escuchabas desde el cielo y, por tu gran misericordia, les mandabas salvadores que los salvaban de sus opresores.

  • Neh. 9, 28

Pero apenas se sentían tranquilos, volvían a hacer el mal delante de ti, y tú los abandonabas en manos de sus enemigos, que los oprimían; ellos volvían a invocarte y tú los oías desde el cielo: ¡cuántas veces los salvaste por tu misericordia!

  • Neh. 9, 31

Sin embargo, por tu gran misericordia, no los has exterminado ni abandonado, porque eres un Dios compasivo y misericordioso.

  • 1Crón. 21, 13

David dijo a Gad: “¡Estoy en un grave aprieto! Prefiero caer en manos del Señor, porque es muy grande su misericordia, antes que caer en manos de los hombres”.

  • 2Crón. 30, 9

Si ustedes se convierten al Señor, sus hermanos y sus hijos serán tratados con misericordia por aquellos que los han deportado, y podrán volver a esta tierra, porque el Señor, su Dios, es bondadoso y compasivo: él no apartará su rostro de ustedes si ustedes vuelven a él”.

  • Jdt. 7, 30

Pero Ozías les dijo: “Animo, hermanos, resistamos cinco días más. En el transcurso de ellos, el Señor, nuestro Dios, volverá a tener misericordia de nosotros, porque no nos abandonará hasta el fin.

  • Tob. 6, 18

Antes de tener relaciones con ella, levántense primero los dos para orar y supliquen al Señor del cielo que tenga misericordia de ustedes y los salve. No tengas miedo, porque ella está destinada para ti desde siempre y eres tú el que debe salvarla. Ella te seguirá, y yo presiento que te dará hijos que serán para ti como hermanos. No te preocupes”.

  • Tob. 7, 12

Pero Tobías le replicó: “No comeré ni beberé hasta que hayas tomado una decisión sobre este asunto”. Raquel le respondió: “¡Está bien! Ella te corresponde a ti según lo prescrito en la Ley de Moisés, y el Cielo decreta que te sea dada. Recibe a tu hermana. Desde ahora, tú eres su hermano y ella es tu hermana. A partir de hoy es tuya para siempre. Que el Señor los asista esta noche, hijo mío, y les conceda su misericordia y su paz”.

  • Tob. 8, 4 – (La oración de Tobías)

Mientras tanto, los padres habían salido de la habitación y cerraron la puerta. Tobías se levantó de la cama y dijo a Sara: “Levántate, hermana, y oremos para pedir al Señor que nos manifieste su misericordia y su salvación”.

  • Tob. 8, 7 – (La oración de Tobías)

Yo ahora tomo por esposa a esta hermana mía, no para satisfacer una pasión desordenada, sino para constituir un verdadero matrimonio. ¡Ten misericordia de ella y de mí, y concédenos llegar juntos a la vejez!”.

  • Tob. 8, 16

¡Bendito seas por la alegría que me has dado! No ha sucedido lo que yo temía, sino que nos has tratado según tu gran misericordia.

  • Tob. 8, 17

¡Bendito seas por haberte compadecido de estos dos hijos únicos! ¡Manifiéstales, Señor, tu misericordia y tu salvación, y concédeles una vida llena de alegría y de gracia!”.

  • Tob. 11, 16

Tobit salió al encuentro de su nuera hasta las puertas de Nínive, bendiciendo a Dios lleno de alegría. Al verlo caminar con todo su vigor, sin la ayuda de nadie, los habitantes de Nínive quedaron maravillados. Tobit proclamaba delante de todos que Dios había tenido misericordia de él y le había devuelto la vista.

  • Tob. 13, 8

Yo lo celebro en el país del destierro, y manifiesto su fuerza y su grandeza a un pueblo pecador. ¡Conviértanse, pecadores, y practiquen la justicia en su presencia! ¡Quién sabe si él no les será favorable y tendrá misericordia de ustedes!

  • 1Mac. 3, 44

Luego se convocó a la asamblea para prepararse a combatir, para orar y pedir piedad y misericordia.

  • 1Mac. 13, 46

“No nos trates, le decían, según nuestras maldades, sino según tu misericordia”.

  • 1Mac. 16, 3

Pero ahora estoy viejo, mientras que ustedes, por la misericordia del Cielo, están en la mejor edad. Ocupen mi puesto y el de mi hermano, salgan a combatir por nuestra nación y que la ayuda del Cielo esté con ustedes”.

  • 2Mac. 2, 7

Y cuando Jeremías se enteró de esto, los reprendió, diciéndoles: “Ese lugar quedará ignorado hasta que Dios tenga misericordia de su pueblo y lo reúna.

  • 2Mac. 6, 16

Por eso nunca retira de nosotros su misericordia, y aunque corrige a su pueblo por medio de la adversidad, no lo abandona.

  • 2Mac. 7, 29

No temas a este verdugo: muéstrate más bien digno de tus hermanos y acepta la muerte, para que yo vuelva a encontrarte con ellos en el tiempo de la misericordia”.

  • 2Mac. 8, 5

Una vez que se puso al frente de sus tropas, el Macabeo resultó invencible ante los paganos, porque la ira del Señor se había convertido en misericordia.

  • 2Mac. 8, 27

Una vez que recogieron las armas y se llevaron los despojos del enemigo, se pusieron a celebrar el sábado, bendiciendo y alabando una y otra vez al Señor, que los había salvado aquel día, concediéndoles así las primicias de su misericordia.

  • 2Mac. 9, 13

Aquel malvado rogaba al Soberano, de quien ya no alcanzaría misericordia, prometiendo

  • Sab. 3, 9

Los que confían en él comprenderán la verdad y los que le son fieles permanecerán junto a él en el amor. Porque la gracia y la misericordia son para sus elegidos.

  • Sab. 4, 15

que los elegidos del Señor encuentran gracia y misericordia, y que él interviene en favor de sus santos.

  • Sab. 11, 9

Por la prueba a que fueron sometidos, aunque eran corregidos con misericordia, comprendieron los tormentos que soportaban los impíos, al ser juzgados con ira.

  • Sab. 12, 22

Así, cuando castigas a nuestros enemigos con moderación, nos instruyes a fin de que, al juzgar a los otros, recordemos tu bondad y, al ser juzgados, contemos con tu misericordia.

  • Sab. 15, 1

Pero tú, Dios nuestro, eres bondadoso y fiel, eres paciente y todo lo administras con misericordia.

  • Sab. 16, 10

Pero contra tus hijos, ni siquiera pudieron los dientes de las serpientes venenosas, porque tu misericordia vino a su encuentro y los sanó.

  • Ecli. 2, 7

Los que temen al Señor, esperen su misericordia, y no se desvíen, para no caer.

  • Ecli. 2, 9

Los que temen al Señor, esperen sus beneficios, el gozo duradero y la misericordia.

  • Ecli. 2, 18

“Abandonémonos en las manos del Señor y no en las manos de los hombres, porque así como es su grandeza es también su misericordia”.

  • Ecli. 5, 6

No digas: “Su compasión es grande; él perdonará la multitud de mis pecados”, porque en él está la misericordia, pero también la ira, y su indignación recae sobre los pecadores.

  • Ecli. 16, 11

Aunque fuera uno solo el hombre obstinado, sería un milagro que quedara impune, porque en él está la misericordia, pero también la ira, es tan fuerte para el perdón como pródigo para la ira.

  • Ecli. 16, 12

Tan grande como su misericordia es su reprobación: él juzga a cada uno según sus obras.

  • Ecli. 18, 11

Por eso el Señor es paciente con ellos y derrama sobre ellos su misericordia.

  • Ecli. 18, 13

El hombre sólo tiene misericordia de su prójimo, pero el Señor es misericordioso con todos los vivientes. El reprende, corrige y enseña, y los hace volver como el pastor a su rebaño.

  • Ecli. 18, 14

El tiene misericordia con los que aceptan la instrucción y están siempre dispuestos a cumplir sus decretos.

  • Ecli. 26, 5

Hay tres cosas que me inspiran temor, y por la cuarta imploro misericordia: ciudad dividida, multitud amotinada y falsa acusación son más penosas que la muerte.

  • Ecli. 29, 1

El que practica la misericordia presta a su prójimo, y el que acude en su ayuda observa los mandamientos.

  • Ecli. 35, 23

hasta juzgar la causa de su pueblo y alegrarlo con su misericordia.

  • Ecli. 35, 24

¡Qué hermosa es la misericordia en el momento de la aflicción, como las nubes de lluvia en tiempo de sequía!

  • Ecli. 47, 22

Pero el Señor no renuncia jamás a su misericordia ni deja que se pierda ninguna de sus palabras: él no hará desaparecer la posteridad de su elegido, ni exterminará la estirpe de aquel que lo amó. Por eso, le dio un resto a Jacob, y a David una raíz nacida de él.

  • Ecli. 50, 22

Y ahora bendigan al Dios del universo que hace grandes cosas por todas partes, al que nos exaltó desde el seno materno y nos trató según su misericordia.

  • Ecli. 50, 24

Que su misericordia permanezca fielmente con nosotros y que nos libre en nuestros días.

  • Ecli. 51, 3

Según la grandeza de tu misericordia y de tu Nombre, de las mordeduras de los que iban a devorarme, de la mano de los que querían quitarme la vida, de las muchas aflicciones que padecí,

  • Ecli. 51, 8

Entonces, me acordé de tu misericordia, Señor, y de tus acciones desde los tiempos remotos, porque tú libras a los que esperan en ti y los salvas de las manos de sus enemigos.

  • Ecli. 51, 29

Alégrense en la misericordia del Señor, no se avergüencen de alabarlo.

  • Bar. 4, 22

Porque yo espero que el Eterno les dará la salvación, y el Santo me ha llenado de alegría por la misericordia que pronto les llegará del Eterno, su Salvador.

  • Bar. 5, 9

Porque Dios conducirá a Israel en la alegría, a la luz de su gloria, acompañándolo con su misericordia y su justicia.

  • Dn.gr. 3, 35

No apartes tu misericordia de nosotros, por amor a Abraham, tu amigo, a Isaac, tu servidor, y a Israel, tu santo,

  • Dn.gr. 3, 42

No nos cubras de vergüenza, sino trátanos según tu benignidad y la abundancia de tu misericordia.

  • Mt. 5, 7

Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.

  • Mt. 9, 13

Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.

  • Mt. 12, 7

Si hubieran comprendido lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios, no condenarían a los inocentes.

  • Mt. 23, 23 – (Invectivas contra los escribas y los fariseos)

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, y descuidan lo esencial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.

  • Lc. 1, 50

Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen.

  • Lc. 1, 54

Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia,

  • Lc. 1, 58

Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.

  • Lc. 1, 72

Así tuvo misericordia de nuestros padres y se acordó de su santa Alianza,

  • Lc. 10, 37

El que tuvo misericordia de él, le respondió al doctor. Y Jesús le dijo: Ve y procede tú de la misma manera.

  • Rom. 9, 16

En consecuencia, todo depende no del querer o del esfuerzo del hombre, sino de la misericordia de Dios.

  • Rom. 9, 18

De manera que Dios tiene misericordia del que él quiere y endurece al que él quiere.

  • Rom. 9, 23

Y si él quiso manifestar la riqueza de su gloria en los que recibieron su misericordia, en los que él predestinó para la gloria,

  • Rom. 11, 30-32

En efecto, ustedes antes desobedecieron a Dios, pero ahora, a causa de la desobediencia de ellos, han alcanzado misericordia. Del mismo modo, ahora que Uds. han alcanzado misericordia, ellos se niegan a obedecer a Dios. Pero esto es para que ellos también alcancen misericordia. Porque Dios sometió a todos a la desobediencia para tener misericordia de todos.

  • Rom. 12, 1

Por lo tanto, hermanos, yo los exhorto por la misericordia de Dios a ofrecerse ustedes mismos como una víctima viva, santa y agradable a Dios: este es el culto espiritual que deben ofrecer.

  • Rom. 12, 8

El que tiene el don de exhortación, que exhorte. El que comparte sus bienes, que dé con sencillez. El que preside la comunidad, que lo haga con solicitud. El que practica misericordia, que lo haga con alegría.

  • Rom. 15, 9

Y para que los paganos glorifiquen a Dios por su misericordia. Así lo enseña la Escritura cuando dice: Yo te alabaré en medio de las naciones, Señor, y cantaré en honor de tu Nombre.

  • 1Cor. 7, 25

Acerca de la virginidad, no tengo ningún precepto del Señor. Pero hago una advertencia, como quien, por la misericordia del Señor, es digno de confianza.

  • 2Cor. 1,3

Bendigo sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo.

  • Gál. 6, 16

Que todos los que practican esta norma tengan paz y misericordia, lo mismo que el Israel de Dios.

  • Ef. 2, 4

Pero Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó,

  • 1Tim. 1, 2

Saluda a Timoteo, su verdadero hijo en la fe. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz que proceden de Dios padre y de Cristo Jesús, nuestro Señor.

  • 1Tim. 1, 13

a pesar de mis blasfemias, persecuciones e insolencias anteriores. Pero fui tratado con misericordia, porque cuando no tenía fe, actuaba así por ignorancia.

  • 1Tim. 1, 16

Si encontré misericordia, fue para que Jesucristo demostrara en mí toda su paciencia, poniéndome como ejemplo de los que van a creer en él para alcanzar la Vida eterna.

  • 2Tim. 1, 2

Saluda a Timoteo, su hijo muy querido. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz que proceden de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo.

  • 2Tim. 1, 16

Que el Señor tenga misericordia de la familia de Onesíforo, porque él muchas veces me ha reconfortado y no se avergonzó de que yo estuviera preso.

  • 2Tim. 1, 18

Que Dios, en aquel Día, le permita alcanzar misericordia delante del Señor. Tú conoces mejor que nadie los servicios que él me prestó en Efeso.

  • Tit. 3, 5

No por las obras de justicia que habíamos realizado, sino solamente por su misericordia, él nos salvó, haciéndonos renacer por el bautismo y renovándonos por el Espíritu Santo.

  • Heb. 4, 16

Vayamos, entonces, confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno.

  • Sant. 2, 13

Porque el que no tiene misericordia será juzgado sin misericordia, pero la misericordia se ríe del juicio.

  • Sant. 3, 17

En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura; y además, pacífica, benévola y conciliadora; está llena de misericordia y dispuesta a hacer el bien; es imparcial y sincera.

  • 1Ped. 1, 3

Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, nos hizo renacer, por la resurrección de Jesucristo, a una esperanza viva,

  • 1Ped. 2, 10

Ustedes, que antes no eran un pueblo, ahora son el Pueblo de Dios; ustedes, que antes no habían obtenido misericordia, ahora la han alcanzado.

  • 2Jn. 1, 3

También estarán con nosotros la gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, en la verdad y en el amor.

  • Jds. 1, 2

Llegue a ustedes la misericordia, la paz y el amor en abundancia.

  • Jds. 1, 21

Manténganse en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para la Vida eterna.



Se pueden hacer las siguientes lecturas:

Lucas 15 – Parábolas de la Misericordia de Dios (La oveja perdida y encontrada + La moneda perdida y encontrada + El Padre Misericordioso).

Salmo 103 – La Misericordia del Señor con sus fieles.

Lamentaciones 3 – La Misericordia y la Justicia del Señor, motivo de esperanza.

Eclesiástico 17 – La Misericordia y la Justicia del Señor.

Eclesiástico 18 – La Grandeza y la Misericordia del Señor.

Lucas 6,36 ss – La Misericordia y la Benevolencia para juzgar.

Romanos 15,7 – La Fidelidad y la Misericordia de Dios.

Isaías 63 – Evocación de la Misericordia de Dios para su pueblo.