EL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN.

Dios, lo que más quiere es que después de esta vida vayamos a gozar con Él en el cielo.  Por desgracia los hombres a veces desobedecemos a Dios y hacemos el mal; cada vez que pasa esto perdemos la oportunidad de ir al cielo.  Pero Dios ama a sus hijos con un amor tan grande, que quiso dejarles un medio para que pudieran pedirle perdón.  Esto que nos dejó es:   EL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN. 

- Cuando pecas pierdes la amistad con Dios y se te cierran las puertas del cielo.  Recuerda que Dios te ama y te perdona siempre!  La confesión sólo puede hacerse ante un sacerdote.  

¿QUÉ ES LA CONFESIÓN?  - La CONFESIÓN es el sacramento que TE DA EL PERDÓN DE LOS PECADOS que has hecho, reconciliándote con Dios

¿CUÁNDO EMPEZÓ LA CONFESIÓN?
El mismo día en que resucitó entre los muertos, Jesús nos dejó el sacramento de la Confesión.

- En la tarde del domingo de resurrección, Jesús se apareció a sus apóstoles y les dijo:
¨ Como me envió mi Padre, así les envío yo.  Reciban el Espíritu Santo, a quien le perdonen los pecados, les serán perdonados; y a los que no se los perdonen, no les serán perdonados ¨

- Como ves, Jesús mismo dio a los sacerdotes el ¨poder¨ para perdonar los pecados.

- Algunas personas de sectas dicen que no se necesita confesarse con el sacerdote, que sólo hay que pedir perdón a Dios directamente.  No te dejes confundir, esto no es cierto.  En este evangelio (Jn 20,19-23) vemos muy claro que Cristo da a sus apóstoles (los primeros sacerdotes) el poder de perdonar los pecados y no dice que cada persona pida perdón a Dios directamente para que se le perdonen.

Muchos se preguntan el por qué debemos confesar nuestros pecados a un sacerdote, si éste es tan o más pecador que nosotros.  Valga la pena mencionar aquí que hasta el mismo Papa tiene que confesarse y recibir la absolución de parte de su confesor.  La realidad es que nosotros los católicos no hacemos lo que se nos ocurre creer, como lo que sí hacen nuestros hermanos protestantes, sino más bien, hacemos lo que Dios manda en su propia Palabra.  Si Jesús quiso que nosotros confesásemos nuestros pecados para recibir la absolución por parte de sus sacerdotes, a quiénes otorgó el poder de perdonar pecados; pues simplemente lo respetamos y lo ponemos en práctica porque es su voluntad y nosotros no somos nadie para cuestionar a Dios, como hacen quienes no aceptan el sacramento de la penitencia (o confesión).

Lev 5.5 En todos estos casos el que cometió el delito confesará primero su pecado.

Sir 4.26 No te avergüences de confesar tus pecados: no nades contra la corriente.

Aquí vemos, que ya en el Antiguo Testamento se habla de la confesión de los pecados.  No es un invento de la Iglesia Católica como dicen, equivocadamente, los sectarios.  Podrían cuestionar que en todo caso eso sólo es en el Antiguo Testamento, pero veamos que incluso antes de que Jesús inicie su vida pública, también confesaban sus pecados cuando Juan el Bautista llamaba a la conversión al pueblo de Israel.

Mt 3.6 Y además de confesar sus pecados, se hacían bautizar por Juan en el río Jordán.

Mc 1.5 Toda la provincia de Judea y el pueblo de Jerusalén acudían a Juan para confesar sus pecados y ser bautizados por él en el río Jordán.

Veamos a continuación el evangelio de Juan, cuando Jesús otorga a sus discípulos y a sus sucesores el poder de perdonar o retener los pecados.  Lógicamente, para poder perdonar o retener pecados, quién tiene el poder de hacerlo debe conocer previamente cuál es el pecado del que los confiesa, sino ese poder carecería de sentido, pues la absolución de los pecados, dependería entonces del capricho de quien puede perdonarlos.  El único sentido correcto, es que primero el sacerdote, debe conocer los pecados de quien se confiesa, para luego perdonarlos o retenérselos, de acuerdo a si hay o no arrepentimiento de por medio.

Jn 20.23 ‘A quienes perdonen sus pecados, serán perdonados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos’.

Por último, cuando ya Jesús había ascendido al Cielo y se había iniciado la vida de la Iglesia, encontramos que se practicaba la confesión por ser una orden de Cristo.  Incluso, Pablo, hace la aclaración de que en algunos casos es necesario investigar primero para conocer los pecados de alguien, la única manera de hacerlo, lógicamente, era a través de la confesión.

Hech 19.18 Muchos de los que habían aceptado la fe venían a confesar y exponer todo lo que antes habían hecho.

Santiago.  5.16 Reconozcan sus pecados unos ante otros y recen unos por otros para que sean sanados.

2 Cor 2.10 A quien ustedes perdonen, también yo le perdono…  Lo perdoné en atención a ustedes en presencia de Cristo.

1 Tim 5.24 Hay personas cuyos pecados son notorios antes de cualquier investigación; los de otros, en cambio, sólo después.

Yo creo, Señor; en Ti que eres la Verdad Suprema.
Creo en todo lo que me has revelado.
Creo en todas las verdades que cree y espera mi Santa Madre la Iglesia Católica y Apostólica.
Fe en la que nací por tu gracia, fe en la que quiero vivir y luchar fe en la que quiero morir.

- Para saber cómo se hace una confesión, lo primero que hay que entender es:

¿QUÉ ES PECAR?

- Pecar es HACER EL MAL, desobedecer a Dios y ofenderlo.

- ¿Y cómo sé cuándo peco?  Pues peco cuando FALTO CONTRA:
A.- Los Diez Mandamientos.
B.- Los Siete Pecados Capitales.
C.- Los defectos de carácter.
D.- Las virtudes, actitudes y responsabilidades

- Los pecados, según lo graves que sean pueden ser: pecados mortales o pecados veniales.

¿QUÉ ES UN PECADO MORTAL?

- Para que un pecado sea mortal, debe cumplir tres condiciones:
1) Que el pecado sea GRAVE, o sea, grande.
2) Que el pecador SEPA que eso que va a hacer ¨es pecado¨.
3) Que a pesar de saber que eso es pecado, decida hacerlo.

¿QUÉ ES UN PECADO VENIAL?

- Es hacer un pecado pequeño, una falta leve contra la ley de Dios.

- Pongamos un ejemplo:  una persona que dice una mentira grande que va a hacerle mucho mal a otra persona, y lo hace sabiendo que mentir es pecado, comete un pecado mortal.  Una persona que dice una mentirita pequeña comete un pecado venial.  Mentir es siempre pecado, pero hay de mentiras a mentiras ¿no?

- ¿Qué pecados deben confesarse?
Deben confesarse todos los pecados mortales que no se hayan confesado antes.

- ¿Es necesario confesar los pecados veniales?
Según el Catecismo no es necesario, bastaría con pedir perdón a Dios, pero la Iglesia nos recomienda confesarlos, porque cada vez que nos confesamos recibimos una GRACIA ESPECIAL, una ayuda de Dios para no volver a caer.  De estos obtenemos su absolución en dos momentos principales, en el yo me confieso, y al terminar la lectura del evangelio en la Santa Misa.

¿CÓMO DEBE HACERSE LA CONFESIÓN?

- Para confesarse hay que hacer varias cosas, o seguir unos pasos:

1) Hacer un EXAMEN DE CONCIENCIA.
2) EL DOLOR DEL PECADO 
Contrición
Atrición.
3) EL PROPÓSITO DE ENMIENDA.
4) LA CONFESIÓN DE LOS PECADOS.
5) LA PENITENCIA.
6) RECIBIR LA ABSOLUCIÓN del padre.

1) EL EXAMEN DE CONCIENCIA
- Lo primero que hay que hacer es PENSAR EN QUÉ PECADOS HAS COMETIDO desde la última vez que te confesaste.  A esto se le llama hacer un examen de conciencia.

2) EL DOLOR DEL PECADO

Puede ser LA CONTRICIÓN o dolor de corazón, aunque también sirve la atrición que es temor al castigo

- Esto significa que tú pecador sientas en tu alma un verdadero DOLOR por haber cometido ese pecado y haber ofendido a Dios.  Contrición significa arrepentimiento, dolor

- Recuerda que no hay pecado, por grande que sea, que no pueda ser perdonado si te acercas a la misericordia de Dios con un corazón arrepentido.

- Para que el arrepentimiento sea perfecto, debes pensar que te arrepientes de tus pecados PORQUE AMAS A DIOS, aunque esto por sí mismo es una gracia y no solo por miedo a irte al infierno, que es la atrición.

Pide perdón, después de haber examinado tu conciencia, quédate en silencio pidiendo a Dios y a su Iglesia perdón.  Puedes hacerlo con tus propias palabras o con una oración:

Misericordia Señor, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado, contra Ti, contra Ti pequé, cometí la maldad que aborreces.
Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me llenas de sabiduría, rocíame con el hisopo, quedaré limpio, lávame, quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría que se alegren los huesos quebrantados, aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro, afiánzame con espíritu generoso, no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo Espíritu.

3) PROPÓSITO DE ENMIENDA
- Se necesita también que tengas la intención firme de NO VOLVER A COMETER ESE PECADO.  La persona que se confiesa con la idea de que va a volver a hacer ese pecado y no le importa (pues al fin, se vuelve a confesar), no tiene verdadero arrepentimiento.

4) CONFESAR LOS PECADOS de viva voz
- Es decirle al padre los pecados, sin darle vueltas, tratando de ser claro y no olvidando ninguno.
- No tengas pena ni miedo, recuerda que el padre representa a Jesús; es Jesús quien te ama, te escucha y te perdona.  Y recuerda que después de la confesión tendrás de nuevo la amistad con Dios y podrás vivir más cerca de Él.

5) LA PENITENCIA
- Es lo que el padre le dice que debe hacer, al que se confiesa, para reparar el daño que hizo por su pecado.  La mayoría de las veces el padre te deja de penitencia unas oraciones, otras te puede pedir que hagas algo para componer el mal que hiciste, por ejemplo regresar lo robado, o decir la verdad al que le mentiste.  Esto último, se llama reparar el pecado.

6) LA ABSOLUCIÓN
- Al terminar la confesión el padre te da la absolución, o sea, el PERDÓN de tus pecados diciendo:  ¨ Yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo¨
Y hace la señal de la cruz sobre tu persona.

PROPÓSITO
- Prepara una buena confesión, busca al sacerdote y dile que quieres confesarte.  No sabes cuanta paz y felicidad se tiene después de pedir perdón a Dios por tus faltas.

Guía para el examen de conciencia

Faltas en relación con:
A.- Los Diez Mandamientos.
B.- Los Siete Pecados Capitales.
C.- Los defectos de carácter.
D.- Las virtudes, actitudes y responsabilidades.

FRUTOS DE LA CONFESIÓN FRECUENTE

Por ejemplo:

a) Saber distinguir entre el bien y el mal.
b) Tener buen corazón y amar a nuestro prójimo.
c) Tener deseos de obrar bien.
d) Ver con claridad nuestros deseos y nuestros fracasos.

1.- Consideración honrada y cabal de los cuatro puntos arriba mencionados, relacionándolos a nuestro pasado y a nuestro presente.

2.- No omitir nada por el hecho de que nos cause vergüenza o miedo.  La manera más fácil de empezar es preguntándonos:
¿Qué es lo más grave que he hecho?

3.- Determinar en particular las actitudes, los deseos y los móviles que nos causan malestar.

4.- El inventario ha de hacerse por escrito.  Queremos enfrentarnos a él.  Puede ser destruido después si nos parece.

5.- Hacer una relación de lo que corresponde al Debe, así como al Haber.  Reedificaremos basándonos en nuestro Haber.

Por último vuelvo sobre el examen de conciencia, que consiste en recordar los pecados 
cometidos desde la última confesión bien hecha.  Naturalmente, el examen se hace antes de la confesión para decir después al confesor todos los pecados que se han recordado; y cuántas veces cada uno, si se trata de pecados graves.

El examen debe hacerse con diligencia, seriedad y sinceridad; pero sin angustiarse.  La confesión no es un suplicio ni una tortura, sino un acto de confianza y amor a Dios.  No se trata de atormentar el alma, sino de dar a Dios cuenta filial.

El examen de conciencia se hace procurando recordar los pecados cometidos de pensamiento, palabra y obra, o por omisión, contra los mandamientos de la ley de Dios, de la Iglesia o contra las obligaciones particulares.  Todo desde la última confesión bien hecha.  Examina tu conciencia.  Se recuerdan los pecados preguntándose sin prisa lo que se ha hecho en contra de los mandamientos de la Ley de Dios y de la Iglesia, con plena advertencia y pleno consentimiento.

A.- Los Diez Mandamientos.
1) Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2) No jurarás el nombre de Dios en vano.
3) Santificarás las fiestas.
4) Honrarás a tu padre y a tu madre.
5) No matarás.
6) No cometerás actos impuros.
7) No robarás.
8) No mentirás.
9) No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10) No desearás los bienes ajenos.

B.- Los siete Pecados Capitales.
1.- La Soberbia:
2.- La avaricia:
3.- La lujuria:
4.- La envidia:
5.-La ira:
6.- La gula:
7.- La pereza:

C.- Los defectos de carácter
Bienaventuranzas (Mateo 5, 1-2)

-¿He sido pobre de espíritu, libre de apegos?  ¿Me reconozco y estoy convencido de que no soy nada ante Dios?
-¿He sido manso, paciente, edificando con medios santos?
-¿He llorado ante los pecados que ofenden a Dios?  ¿Me arrepiento de mis pecados porque Dios no merece estas ofensas?
-¿He tenido hambre y sed de justicia?  ¿Tengo deseos de santidad?  ¿Trato de ser santo, porque Dios me quiere santo?
-¿He sido misericordioso, comprensivo, tolerante, magnánimo, compasivo?
-¿He sido limpio de corazón, puro de pensamiento?  ¿Tengo rectitud de intención o hay hipocresía en mi proceder?  ¿Hago las cosas con pureza de intención o hay dobleces en mis acciones?  ¿Tengo “honestidad mental”?
-¿Trabajo por la paz, en mi persona, hogar, grupo, mundo?
-¿Sufro con gozo al ser perseguido por causa de la justicia?  ¿Cómo reacciono ante las críticas "injustas" o incomprensiones, desprecios, acusaciones, injusticias, ataques, calumnias, agresiones?  ¿Las aprovecho como medios de purificación y santificación?
1.- Egoísmo:
Inmoderado amor de uno mismo que le hace pensar únicamente en su interés personal.  Egocentrismo.
2.- La auto justificación:
Tendencia a justificarse a sí mismo, a probarse a uno mismo que tiene la razón.  Alto grado del arte de justificar la manera de beber, de comer y la conducta de uno, haciendo malabarismos mentales.  Pretextos que llamamos razones.
3.- Falta de honradez en la manera de pensar:
Carencia de probidad, de integridad en las reflexiones que uno hace.  Es otra forma de mentir, hasta es posible que usemos como base una hipótesis de hechos y verdades, pero a través de una serie de malabarismos mentales, llegamos precisamente a la conclusión que nos habíamos propuesto llegar.
4.- Engreimiento
Envanecimiento, orgullo (1 de los 7 pecados capitales)
5. - Resentimiento
Disgusto que se experimenta por algo.  Es el desagrado emanado de un daño, real o imaginario, que va acompañado de exacerbación, de odio.  Es uno de los defectos que más nos perjudica.
6.- Intolerancia
Falta de indulgencia hacia lo que no se puede impedir.  Renuncia a transigir con creencias (religiosas o políticas), ideas, costumbres, etc., que difieren de las de uno.
7.- Impaciencia
Carencia de la cualidad de saber esperar con tranquilidad las cosas que tardan.
8.- Envidia
9.- Hipocresía
Vicio que consiste en la afectación de una virtud o cualidad que uno no tiene.
10.-Morosidad
Lentitud, tardanza en hacer una cosa.  Posponer las cosas que uno sabe que tiene que hacer.  Dejar las cosas para mañana.
11.- Auto - conmiseración
Compasión, sensibilidad excesiva por el mal que padece uno mismo.  Defecto insidioso de la personalidad y señal de peligro, al que se debe estar muy alerta.
12.- Susceptibilidad excesiva
Exceso de delicadeza, de genio.  Nimiedad de carácter.
13.- Miedo
Sentimiento de inquietud por un peligro real o imaginario.  Si aceptamos ponernos en las manos de Dios y encaramos con honradez lo que realmente somos, entonces el fantasma del miedo desaparece.

D.- Las virtudes, actitudes y responsabilidades (corrigiéndonos)
Cuando estamos mal espiritualmente, emocionalmente, existe un vacío en nuestras vidas, ese vacío para ser llenado requiere que nos volvamos hacia adentro de nosotros mismos, nos analicemos, reflexionemos y entremos en contacto con Dios, sea cual sea la forma en que concibamos a Dios.  Él nos irá llenando y nos indicara l0 que debemos hacer.

Y para entrar en contacto con Dios debemos "limpiarnos" lo más posible, nosotros mismos, eliminar esos defectos de carácter y reemplazarlos con elementos más apropiados para llevar una vida más satisfactoria.  No luchemos contra nuestros defectos, reemplacémoslos con las virtudes.


COMUNIÓN PARA LOS NO CATÓLICOS

Estamos presenciando la falta de caridad cristiana más grande de todos los tiempos, algunas diócesis están empeñadas en dar la comunión a Iglesias cristianas, no católicas, sin advertir sobre lo que se hace y sobre las consecuencias de esos actos.  Me parece ver la mano de satanás detrás de eso, porque tal acción enviará decenas de almas ante su presencia.

La pregunta que me asalta en este momento, tiene que ver sobre cuál es el interés de recibir la comunión por parte de los protestantes, porque, si ahí, como ellos sostienen, no está Cristo, no tendría ningún sentido insistir en recibir a quien no está.  Me parece que ellos en el fondo, sí, creen en la presencia real de Cristo en la forma eucarística, pero lo quieren recibir más por ganarse el punto que por otra cosa.

 Mt 26.26-28 Jesús tomó pan,… lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:  ‘Tomen y coman; esto es mi cuerpo’.  Después tomó una copa,… y se la pasó diciendo:  ‘Beban todos de ella:  esto es mi sangre, la sangre de la Alianza que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de sus pecados’.

Mc 14.22, 24 Se lo dio diciendo:  ‘Tomen, esto es mi cuerpo’…  Y les dijo:  Esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que será derramada por una muchedumbre’.

Lc 22.19-20 ‘Esto es mi cuerpo, que es entregado por Uds.’…  Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que es derramada por ustedes’.

1 Cor 11.23-25 El Señor Jesús,…, tomó pan y,…, lo partió diciendo:  ‘Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía’…  Tomando la copa,… dijo:  ‘Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre.  Todas las veces que la beban háganlo en memoria mía’.

Jn 6.53 -54 Jesús les dijo:  ‘En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes.  El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día’.

Jn 6.55-56 Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.  El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.

Algunos textos más que refuerzan lo que la Eucaristía significa para nuestra Iglesia Católica

1 Cor 10.16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo?  Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?

Jn 6.35, 41 Jesús les dijo:  ‘Yo soy el pan de vida’…  Los judíos murmuraban porque Jesús había dicho:  ‘Yo soy el pan que ha bajado del cielo’

Jn 6.48 ,50 Yo soy el pan de vida.  Aquí tienen el pan que baja del cielo, para que lo coman y ya no mueran.

Jn 6.51 Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo.  El que coma de este pan vivirá para siempre.  El pan que yo daré es mi carne.

Jn 6.58 Este es el pan que ha bajado del cielo…  El que coma este pan vivirá para siempre.

Valdría la pena que alguien les enseñara que si la reciben sin la debida preparación, recibirán su propia condenación, pues previa a la Comunión, es necesario haber confesado ante el sacerdote todos los pecados mortales, de lo contrario el pecado que uno comete es de suma gravedad, como nos dicen los siguientes textos bíblicos:

1 Cor 11.27 El que come el pan o bebe la copa del Señor indignamente, peca contra el cuerpo y la sangre del Señor.

1 Cor 11.29 El que come y bebe indignamente, come y bebe su propia condenación por no reconocer el cuerpo.

Pero además y peor, pues quien recibe indignamente recibe al demonio, y para que no se diga que es un invento nuestro, a continuación lo que dicen todas las ediciones de las Biblias de ellos:  Juan 13:


LBLA Y después del bocado, Satanás entró en él.  Entonces Jesús le dijo*:  Lo que vas a hacer, hazlo pronto.
DHH  Y tan pronto como Judas recibió el pan, Satanás entró en su corazón.  Jesús le dijo:  —Lo que vas a hacer, hazlo pronto.
JBS   Y tras el bocado, Satanás entró en él.  Entonces Jesús le dice:  Lo que harás, hazlo más pronto.
NBD  Tan pronto como Judas tomó el pan, Satanás entró en él.  —Lo que vas a hacer, hazlo pronto —le dijo Jesús.
NBLH Y después de comer el pan, Satanás entró en él.  Entonces Jesús le dijo:  “Lo que vas a hacer, hazlo pronto.”
NTV   Cuando Judas comió el pan, Satanás entró en él.  Entonces Jesús le dijo:  «Apresúrate a hacer lo que vas a hacer».
NVI   Tan pronto como Judas tomó el pan, Satanás entró en él.  ―Lo que vas a hacer, hazlo pronto —le dijo Jesús.
CST   Tan pronto como Judas tomó el pan, Satanás entró en él.  —Lo que vas a hacer, hazlo pronto —le dijo Jesús.
PDT   En cuanto Judas recibió el pan, Satanás entró en él.  Jesús le dijo:  —Haz rápido lo que vas a hacer.
BLP    Y, tras el bocado, entró en él Satanás.  Jesús le dijo:  — Lo que vas a hacer, hazlo cuanto antes.
BLPH  Y, tras el bocado, entró en él Satanás.  Jesús le dijo:  — Lo que vas a hacer, hazlo cuanto antes.
RVA-2015    Después del bocado, Satanás entró en él.  Entonces le dijo Jesús:  —Lo que estás haciendo, hazlo pronto.
RVC   Después del bocado, Satanás entró en él.  Entonces Jesús le dijo:  «Lo que vas a hacer, hazlo pronto.»
RVR1960     Y después del bocado, Satanás entró en él.  Entonces Jesús le dijo:  Lo que vas a hacer, hazlo más pronto.
RVR1977     Y después del bocado, entró Satanás en él.  Entonces Jesús le dijo:  Lo que vas a hacer, hazlo más pronto.
RVR1995     Y después del bocado, Satanás entró en él.  Entonces Jesús le dijo:  —Lo que vas a hacer, hazlo pronto.
RVA   Y tras el bocado Satanás entró en él.  Entonces Jesús le dice:  Lo que haces, haz lo más presto.
SRV-BRG     Y tras el bocado Satanás entró en él.  Entonces Jesús le dice:  Lo que haces, haz lo más presto.
TLA   En ese mismo instante, Satanás se metió en el corazón de Judas.  Jesús le dijo:  «Judas, apúrate a hacer lo que has planeado».




DOGMAS DE LA IGLESIA CATÓLICA

A veces la Iglesia define algunas verdades dogmas de fe. No es que esas cosas empiecen entonces a ser verdad. Son verdades que siempre han existido; pero que su creencia ha empezado a ser obligatoria al definirse.

La definición de una doctrina no es su invención, sino la declaración autoritativa de que ha sido revelada por Dios, es decir, que forma parte del conjunto de verdades que constituyen la Revelación cristiana.

Algunas veces la aparición de nuevos errores obliga a la Iglesia a definir y declarar más lo que siempre ha sido verdad, pero que las circunstancias del momento reclaman aclaración.

Los dogmas no son verdades que la Iglesia impone arbitrariamente. Son iluminaciones de la verdad objetiva. No son muros para nuestra inteligencia. Son ventanas a la luz de la verdad. En la Iglesia católica, un dogma es una verdad absoluta, definitiva, inmutable, infalible, irrevocable, incuestionable y absolutamente segura sobre la cual no puede flotar ninguna duda.  Una vez proclamado solemnemente, ningún dogma puede ser derogado o negado, ni por el Papa ni por decisión conciliar.  Por eso, los dogmas constituyen la base inalterable de toda la Doctrina católica y cualquier católico está obligado a adherir, aceptar y creer en los dogmas de una manera irrevocable.

Los dogmas tienen estas características porque los católicos confiamos en que un dogma es una verdad que contiene, implícita o explícitamente, la inmutable Revelación divina o en que tiene con ella una "conexión necesaria".  Para que estas verdades se tornen en dogmas, ellas necesitan ser propuestas directamente por la Iglesia Católica a sus fieles como parte de su fe y de su doctrina, a través de una definición solemne e infalible por el Supremo Magisterio de la Iglesia (Papa o Concilio ecuménico con el Papa) y de la posterior enseñanza de éstas por parte del Magisterio ordinario de la Iglesia. Para que tal proclamación o clarificación solemne acontezca, son necesarias dos condiciones:

·        El sentido debe estar suficientemente expresado como una auténtica verdad revelada por Dios; La verdad o doctrina en causa debe ser propuesta y definida solemnemente por la Iglesia siendo una verdad revelada y una parte integrante de la fe católica.

Mas, "la definición de los dogmas a lo largo de la historia de la Iglesia no quiere decir que tales verdades solamente habían sido reveladas, sino que se tornaron más claras y útiles para la Iglesia en su progresión en la fe".

Por eso, la definición gradual de los dogmas no es contradictoria con la creencia católica de que la Revelación divina es inalterable, definitiva e inmutable desde la ascensión de Jesús.

Algunos dicen: «La vida es movimiento. Estancarse es morir. Las ideas petrificadas no hacen avanzar a la humanidad». Esto es verdad sólo en parte. Hay verdades definitivas -y los dogmas lo son- que cambiarlas no es avanzar sino retroceder.

Quien quiera cambiar que «la suma de los ángulos de un triángulo vale dos rectos», no avanza, sino que retrocede al error.

El norteamericano Fukuyans, de origen japonés, pretende que la Iglesia Católica renuncie a declarar que su doctrina es la verdad absoluta, y se vuelva tolerante contentándose con ser una opinión más en la sociedad, igual que las otras. Esto es tan ridículo como pedirle a un químico que sea tolerante y acepte que el agua es NH3 en lugar de H2O; o pedirle a un matemático que sea tolerante y acepte que Pi es 8,2014 en lugar de 3,1416.
El contenido de los dogmas es inmutable, pero la formulación de ese contenido se puede desarrollar para acomodarse mejor al modo de hablar de los tiempos.

El Magisterio de la Iglesia puede ir mejorando el modo de expresar las verdades que creemos. Toda formulación dogmática puede ser mejorada, ampliada y profundizada.

Pero ninguna formulación dogmática del futuro puede contradecir el sentido de anteriores formulaciones, sino solamente completar lo que ya ha sido expresado por ellas.

Otras veces un estudio cada vez más profundo nos hace progresar en nuestro conocimiento de la Revelación, y nos hace ver más claramente verdades que antes no parecían tan claras.

La Iglesia, asistida por el Espíritu Santo, penetra cada vez más profundamente en el contenido de la Revelación Divina, descubriendo nuevos aspectos en ella implícitos, como son los dogmas de la Inmaculada Concepción y de la Asunción.

La Revelación fue un hecho histórico, y no puede crecer el número de verdades reveladas contenidas en el depósito de la Revelación que es la Sagrada Escritura y la Tradición, porque este depósito, quedó cerrado con la muerte del último Apóstol.

«Ninguna verdad puede añadirse a la fe católica que no esté contenida, explícita o implícitamente, en este depósito revelado. (...) Lo único que cabe es una mayor explicación de los dogmas, pero conservando el mismo sentido, que es definitivo e indeformable una vez definido por la Iglesia».

Sí puede y debe crecer continua y armónicamente nuestro conocimiento del dogma, pasando de lo implícito a lo explícito.

Y la Iglesia, al crecer con el tiempo los conocimientos humanos, puede aprobar infaliblemente este progreso.

No es esto crear nuevas verdades reveladas: es descubrir lo que se encerraba en el viejo legado de los Apóstoles. Lo mismo que las estrellas del firmamento descubiertas últimamente existían mucho antes, pero nosotros hasta ahora no las hemos conocido.

Para que una cosa sea dogma de fe es necesario que haya sido revelada por Dios, y que la Iglesia así lo declare. Bien sea por una declaración solemne o por la enseñanza de su Magisterio Ordinario.

«Pero el ámbito de las verdades de fe es mucho más amplio que el de las verdades expresamente definidas. Hay verdades que llamamos ´de fe divina´ porque se encuentran en la Sagrada Escritura o en la Tradición, que han de ser igualmente creídas, pero que no han sido nunca definidas, como es el caso de la resurrección de Cristo.

Nadie ha negado en la historia esta verdad; y por eso la Iglesia no ha sentido la necesidad de definirla».

El Depósito de la Revelación Pública acabó con la muerte del último Apóstol. Cualquier otra revelación, posterior, es enteramente privada, y no puede tener valor, a no ser que esté de acuerdo con la única Revelación Pública que Dios ha hecho a los Apóstoles.

«La fe cristiana no puede aceptar "revelaciones" que pretenden corregir la Revelación de Cristo. Es el caso de ciertas religiones no cristianas, y también de ciertas sectas recientes».

La Revelación ha terminado pero «nosotros debemos usar nuestra inteligencia para explorar el dato revelado, deduciendo verdades que a primera vista no aparecen claramente explícitas en el mismo, pero que no por eso dejan de estar contenidas virtualmente en él. (...) La garantía de lo que así descubrimos está en la Iglesia, portadora de toda la Tradición cristiana e intérprete autorizado de la Escritura Santa. (...) Es función del Magisterio definir los contenidos de la Revelación. (...) La teología no debe suplantar al Magisterio. (...) La última palabra la tiene el Magisterio».

Algunos teólogos que critican la doctrina del Magisterio de la Iglesia, después quieren que sus opiniones personales sean doctrina infalible».

A propósito de esto dijo el Papa Pablo VI a los participantes en el Primer Congreso Internacional de Teología del Concilio Vaticano II, el 1º de Octubre de 1966: «Los teólogos deben investigar el dato revelado para iluminar los artículos de la fe; pero sus aportaciones quedan sujetas a la enseñanza del Magisterio auténtico. (...) Su preocupación ha de ser proponer la verdad universal creída en la Iglesia bajo la guía del Magisterio más que sus ideas personales».

Al Magisterio de la Iglesia hay que obedecerle, no sólo cuando se trata de verdades de fe, sino también cuando se refiere a opiniones que pueden desorientar al pueblo de Dios; pues también en estos casos está protegido por la autoridad recibida de Dios, cosa que el teólogo, como tal, no tiene, por mucha ciencia que tenga115.

Por eso dice el Sínodo de los Obispos de 1967: «No les corresponde a ellos la función de enseñar auténticamente».

La Conferencia Episcopal Española ha hecho una llamada a «la responsabilidad de los teólogos» para que acaten los planteamientos de la encíclica Veritatis Splendor sobre las cuestiones fundamentales de la moral y su enseñanza. En el documento titulado Nota sobre la enseñanza de la moral alude a los teólogos «que disienten públicamente de la enseñanza del Magisterio. (...) Es necesario evitar esta actitud que empobrece y esteriliza el trabajo teológico y lo vuelve contraproducente para la misión evangelizadora de la Iglesia»

«Los que ejercitan el Magisterio de la Iglesia son exclusivamente el Papa y los Obispos, porque a ellos solamente ha confiado Jesucristo la potestad de enseñar».

«Fuera de los legítimos sucesores de los Apóstoles (que son el Papa y los Obispos) no hay otros Maestros de derecho divino en la Iglesia de Cristo».

Cuando el Papa habla en una encíclica enseña como auténtico Maestro y no como un doctor más. Por eso no es válido apelar a la autoridad de otro teólogo para sostener lo contrario de lo que el Papa ha enseñado.

«Los fieles católicos han de aceptar las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia con obediencia religiosa, sabiendo que les obliga en conciencia»119.

«La misión del Magisterio de la Iglesia es velar para que el Pueblo de Dios permanezca en la verdad».

La Iglesia se compone de Pueblo de Dios y Jerarquía: pluralidad en los súbditos y autoridad que unifica mirando por el bien común de todos 121, pues hay que armonizar el pluralismo en lo accidental con la unidad en lo esencial.

No son dos Iglesias, sino dos partes de una única Iglesia. Separar estas dos partes sería la muerte de la Iglesia; como es la muerte de una persona separar el cuerpo del alma.

Un católico tiene que aceptar todos los dogmas de fe revelados por Dios. No puede rechazar ni uno. O se es católico del todo, o se deja de ser católico. No se puede ser «casi católico», lo mismo que no se puede estar «casi vivo», porque eso es estar muerto. Si «casi» me toca la lotería, no tengo derecho a cobrar el premio: o me toca el número entero o no me ha tocado. El «casi» me toca, no vale.

«Esta sumisión al Santo Padre es exigida también a los sacerdotes y teólogos. Quienes instruyen a otros en la fe, tienen que enseñar el mensaje auténtico de la Iglesia. El católico tiene derecho a ser enseñado por un sacerdote que esté de acuerdo con el Papa». Quien desobedece a la Jerarquía Eclesiástica desobedece al mismo Jesucristo. Él nos dijo: «El que a vosotros escucha, a Mí me escucha; el que a vosotros desprecia, a Mí me desprecia. Y el que me desprecie a Mí desprecia a Aquél que me ha enviado»

La fe de la Iglesia está condensada en el Credo de los Apóstoles. Se le suele llamar símbolo, que es una profesión de fe abreviada.

El Credo de los Apóstoles fue retocado por los Concilios de Nicea y Constantinopla para aclarar la doctrina revelada frente a las herejías que entonces empezaban a aparecer.

No podemos decir que nuestras formulaciones de fe sean las mejores posibles. Están sujetas a perfeccionamiento. Pero sin contradecir nunca u olvidar el sentido primitivo».  Los dogmas más importantes, que tratan de asuntos como la Santísima Trinidad y Jesucristo, "fueron definidos en los primeros concilios ecuménicos; el Concilio Vaticano I fue el último en definir verdades dogmáticas (primacía e infalibilidad del Papa)". Entre las definiciones de dogmas "más recientes están la Inmaculada Concepción [...] (1854) y la Asunción de Nuestra Señora [...] (1950)".
Los listados de los dogmas se encuentran en varias partes, el primero, en el CREDO


EL FALSO PROFETA–O SEGUNDA BESTIA, O EL ANTIPAPA-

El libro del Apocalipsis deja en claro que el futuro del anticristo será ayudado por un individuo conocido como el Falso Profeta.  Él es el hombre, falso profeta, que ayuda a convencer al mundo que el anticristo es “digno y merecedor de adoración, y en últimas, será él quien haga cumplir esta adoración bajo pena de muerte.

El falso profeta es el antipapa, a lo largo de la historia de la Iglesia han surgido 32 antipapas que en circunstancias diversas usurparon el trono de Pedro.


      1.        El antipapa tiene apariencia religiosa pero su lengua, su malicia, ambigüedad y astucia infernal le hacen ver como el más sabio y confiable y además como si fuera un santo.

Apocalipsis 13, 11 “11 En seguida vi surgir de la tierra otra Bestia que tenía dos cuernos como los de un cordero, pero hablaba como un dragón”.


      2.        Por su carisma diabólico y el triunfo logrado al abrir las puertas de nuestra Iglesia a las sectas y a las religiones con un falso ecumenismo predicado, gana credibilidad para que sus fervientes servidores reconozcan al anticristo, el Maitreya, como el auténtico mesías esperado.

Apocalipsis 13, 12 “12 Esta Bestia ejercía todo el poder de la primera y estaba a su servicio; y logró que la tierra y sus habitantes adoraran a la primera Bestia, a aquella cuya llaga mortal se había cicatrizado”.


      3.        Para demostrar que el “señor”, entre comillas porque él está con el demonio, hará que su legión de seguidores se reúna y por invocación estalle fuego del cielo, admirados verán descender a Maitreya, el anticristo, envuelto en una túnica blanca.  Por medios probablemente hipnóticos, o con hologramas, o simplemente brujería, hará aparecer en el Vaticano a quienes parecerían ser los apóstoles Pedro y Pablo, el impacto en toda la Iglesia será muy grande.

Apocalipsis 13, 13 “13 También realizaba grandes prodigios, llegando a hacer descender fuego del cielo sobre la tierra a la vista de todos”.


      4.        Dirá que por orden de la jerarquía espiritual hay que instalar una imagen en todos los templos y capillas para su adoración, está imagen probablemente sea una del Señor Resucitado pero con el rostro falseado, ya hay muchas imágenes del Señor que la cara no corresponden a la de Él.

Apocalipsis 13, 14 “14 Y por los prodigios que realizaba al servicio de la primera Bestia, sedujo a los habitantes de la tierra para que fabricaran una imagen en honor de aquella que fue herida por la espada y sobrevivió.

      
      5.        Y como en los oráculos demoniacos de las antiguas religiones, estas imágenes hablarán ante la ralea de sus seguidores totalmente poseída por espíritus inmundos.

Apocalipsis 13, 15 “15 También se le permitió dar vida a la imagen de la Bestia, para hacerla hablar y dar muerte a todos aquellos que no adoran su imagen”.


       6.        Es que nunca creyeron que el antipapa y el anticristo entrarían por las puertas de la Iglesia.

Lamentaciones 4, 12 “2 Nunca hubieran creído los reyes de la tierra ni todos los habitantes del mundo, que entrarían el adversario y el enemigo por las puertas de Jerusalén”.

      
      7.         En el culmen de su locura suprime el Santo Sacrificio de la misa, al autorizar una reforma litúrgica en la que se altera la fórmula de la consagración y su carácter sacrificial, invalidándola en su totalidad.

Daniel 8, 11 – 13 “11 Se agrandó hasta llegar al Jefe del Ejército y le suprimió el sacrificio perpetuo; el lugar de su Santuario fue avasallado, 12 lo mismo que su Ejército.  Sobre el sacrificio perpetuo fue instalada la iniquidad, y se echó por tierra la verdad.  Él tuvo éxito en todo lo que emprendió.  13 Entonces oí a un Santo que hablaba, y otro Santo dijo al que hablaba:  “¿Hasta cuándo se verá el sacrificio perpetuo suprimido, la iniquidad desoladora instalada, el Lugar santo y el Ejército pisoteados?"


       8.        Esto desata la cólera de Dios y acelera su ruina decretada.

Daniel 9, 27 “27 Él impondrá una alianza a muchos durante una semana; y durante la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la oblación.  Y sobre un ala del Templo estará la Abominación de la desolación, (Daniel 11, 31, Daniel 12, 11, Mateo 24, 15, Marcos 14) hasta que el exterminio decretado se derrame sobre el devastador".


      9.        La abominación de la desolación son las imágenes del anticristo en forma de resucitado instaladas en el lugar santo.

Mateo 24, 4-5 “4 Él les respondió:  "Tengan cuidado de que no los engañen, 5 porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo:  “Yo soy el Mesías", y engañarán a mucha gente.

Mateo 24 11 “11Aparecerá una multitud de falsos profetas, que engañarán a mucha gente”.

Mateo 24, 15 – 18 “:15 Cuando vean en el Lugar santo la Abominación de la desolación, (Daniel 9, 27, Daniel 11, 31, Daniel 12, 11, Marcos 13, 14), de la que habló el profeta Daniel —el que lea esto, entiéndalo bien— 16 los que estén en Judea, que se refugien en las montañas; 17 el que esté en la azotea de su casa, no baje a buscar sus cosas; 18 y el que esté en el campo, que no vuelva a buscar su manto.  (Lucas 17, 31)

REFERENCIAS DEL FIN DE LOS TIEMPOS:

         1.         Citas Bíblicas escatológicas

         2.          El inicio de las Grandes tribulaciones

         3.         Los desastres naturales
     
         4.         El caos moral y social

         5.         La crisis en la Iglesia Católica
   
       6.       La Instauración del Nuevo Orden Mundial,
 
         7.         El Gran Aviso,
a.        primera parte
b.        segunda parte:  Señales
c.        tercera parte:  el impacto
d.        cuarta parte:  Qué hacer
   
         8.         El falso profeta –o segunda bestia, o el antipapa-