20 CITAS BIBLICAS SOBRE EL PURGATORIO




La doctrina de la Iglesia sobre el Purgatorio encuentra su fundamento en la Biblia, cuando esta se sabe interpretar correctamente.  En este artículo daré una gran cantidad de citas a favor del purgatorio. No son argumentos explícitos y directos, pero si implícitamente podemos encontrar el concepto de una purificación posterior a la muerte, que es en lo que consiste el purgatorio.

1) 2 Macabeos 12, 43ss.
«Y habiendo recogido dos mil dracmas por una colecta, los envió (Judas Macabeo) a Jerusalén para ofrecer un sacrificio por el pecado, obrando muy bien y pensando noblemente de la resurrección, porque esperaba que resucitarían los caídos, considerando que a los que habían muerto piadosamente está reservada una magnífica recompensa; por eso oraba por los difuntos, para que fueran librados de su pecado».
Para la exégesis de la perícopa conviene advertir los siguientes elementos:
1) El autor inspirado alaba no sólo la acción, sino la persuasión de judas («obrando muy bien y pensando noblemente de la resurrección»), lo que no podría hacer si el modo de pensar de judas fuera falso.
2) Los elementos esenciales de ese modo de pensar son: A) que aquellos difuntos no han muerto en estado de condenación o enemistad con Dios («considerando que a los que habían muerto piadosamente está reservada una magnífica recompensa»); B) sin embargo, algo les falta todavía, de lo cual deben ser librados («para que fueran librados de su pecado»); C) todo ello se hace en orden a la resurrección para que en ella reciban la misma suerte que los demás judíos piadosos.
El texto del 2 Macabeos 12, 43-46 da por supuesto que existe una purificación después de la muerte.
Este libro es citado por Inocencio I en su Carta a Exuperio y San Agustín en su libro 18 de la ciudad de Dios capítulo 36. San Agustín lo vuelve a citar en De doctrina Cristiana I .2 c.8.

2) Mateo 12, 32:
“El que insulte al Hijo del Hombre podrá ser perdonado; en cambio, el que insulte al Espíritu Santo no será perdonado, ni en este mundo, ni en el otro”.
Sugiere que hay otro lugar y que la expiación puede suceder después de la muerte. Esto significa que en la otra vida hay pecados que sí se perdonan y otros que no se perdonan. Estos pecados que sí se perdonan en la otra vida ¿Dónde se perdonan?. ¿En el infierno? No puede ser porque en el infierno no hay redención. En el cielo tampoco, porque nada manchado entra allá (Apocalipsis 21, 27). Luego, debe un tercer lugar en la otra vida donde sí se perdonan.

Esta cita los padres de la Iglesia la usaron para probar el purgatorio. San Agustín en Ciudad de Dios 21:24,  San Gregorio Magno Diálogos 4:39, San Beda en Comentario sobre Marcos 3.

3) Mateo 18,34
En la parábola del oficial del rey que se rehusó a perdonar una pequeña deuda que le debían, aún cuando su amo le perdonó primero una deuda mucho más grande que tenía con él, "su señor, muy enojado, lo entregó para que lo castigaran hasta que pagara toda la deuda."
Jesús obviamente habla de manera simbólica, porque nadie puede ganar dinero para pagar una deuda monetaria estando en prisión. Al dar esta enseñanza sobre la necesidad de perdonar a otros, Nuestro Señor se está refiriendo, de hecho, al Purgatorio.

4) Mateo 5, 25, 26. Lucas 12,58-59
“Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo”.
En este pasaje Jesús hace referencia a un castigo temporal que no puede ser el infierno ni tampoco el cielo. En esta parábola, Dios es el juez, y si no nos hemos reconciliado con nuestro prójimo antes de ver a Dios, Dios nos pedirá cuentas por el mal que les hicimos.
Este texto es prueba del purgatorio, y es citado para probarlo por los santos padres: Tertuliano en De anima c.58, San Cipriano en Epístola 52:20, Orígenes en Homilía 35 sobre Lucas 12. San Jerónimo en Mateo c, 5, San Ambrosio en Comentario sobre Lucas 12.

 5) Después del pecado de Adán, las puertas del Cielo fueron cerradas y nadie fue permitido a entrar (Juan 3,13) hasta que Jesucristo redimió la raza humana y abrió las puertas una vez más. ¿Dónde estuvieron los espíritus de Moisés y Elías, quienes aparecieron y hablaron con Jesús en la transfiguración? (Mateo 17,3) No podían haber estado en el Cielo puesto que estaba cerrado, y ellos habrían estado perdidos si hubieran estado en el infierno. Tenían que haber estado en un tercer lugar. Si hubo un tercer lugar entonces, ¿por qué no lo hay ahora?


6) 1Corintios 3,11-15.
«Pues nadie puede poner otro fundamento fuera del ya puesto, que es Jesucristo. Mas si uno edifica sobre este fundamento oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja, la obra de cada uno se pondrá de manifiesto; porque el día lo descubrirá, por cuanto en fuego se ha de revelar; y qué tal sea la obra de cada uno, el fuego mismo lo aquilatará. Si la obra de uno, que él sobreedificó, subsistiere, recibirá recompensa; si la obra de uno quedare abrasada, sufrirá detrimento; él sí se salvará, aunque así como a través del fuego».
Será necesario advertir de nuevo que no se trata de buscar en este texto la idea desarrollada de purgatorio, sino su núcleo esencial. El texto trata del caso concreto de los obreros apostólicos, pero a propósito de ellos expone una doctrina de sumo interés:
1) Se trata de hombres que han edificado sobre el fundamento, que es Cristo, cosas de mayor o menor valor (v. 12), no de hombres que hayan rechazado ese fundamento como punto de partida de su construcción y trabajo.
2) El día del juicio se pondrá de manifiesto el valor de le que cada uno de ellos ha edificado (v. 13); el «fuego» de que se habla dos veces en este v. 13 no es el fuego del purgatorio, sino una imagen del juicio divino (adviértase que se ejercita no sólo sobre las materias deleznables, que no lo resisten y se incendian, sino también sobre las sólidas que lo resisten).
3) «Si la obra de uno, que él sobreedificó, subsistiere, recibirá [el que edificó tal obra] recompensa»; se trata, por tanto, de la hipótesis de premio inmediato, porque la obra era sólida y ha resistido el juicio divino.
4) «Si la obra de uno quedare abrasada, sufrirá detrimento»; el sujeto de «sufrirá detrimento» no es la obra que se abrasa, sino el que la edificó; la expresión «sufrirá detrimento» (v.15) se opone al «recibirá recompensa» del versículo anterior, y añade algo nuevo a la frase que le precede inmediatamente, «si la obra de uno quedare abrasada»; en otras palabras, el «sufrirá detrimento» no se reduce a que el operario apostólico ve cómo su obra se destruye, sino que implica una pena (en oposición a la recompensa).
5) Todo ello es más claro si se atiende a la metáfora final: «él sí sé salvará, aunque así como a través del fuego» (v.15); el detrimento que sufrirá no es tal que implique no salvarse; se salvará, pero con dificultad y angustia (de nuevo el fuego no es aquí el fuego del purgatorio, sino una imagen de situación angustiosa): «ellos serán salvados, pero no sin dolor y sin angustia, como se salvan a través de las llamas las gentes sorprendidas por un incendio repentino».
6) El fundamento nadie lo puede cambiar; ya está puesto y es Cristo Jesús. Pero, con estos cimientos, si uno construye con oro, otro con plata o piedras preciosas, o con madera, caña o paja, la obra de cada uno vendrá a descubrirse. El día del Juicio la dará a conocer porque en el fuego todo se descubrirá. El fuego probará la obra de cada cual: si su obra resiste el fuego, será premiado; pero, si es obra que se convierte en cenizas, él mismo tendrá que pagar. El se salvará, pero como quien pasa por el fuego".
De manera que hay un fuego después de la muerte que, diferente al del infierno, es temporal. El alma que por allí pasa se salvará. A ese estado de purgación le llamamos el "purgatorio".
Citado como argumento a favor del purgatorio por San Cipriano en Epístola 52:20,San Ambrosio en Comentario Salmo 116, Sermón 20, San Jerónimo en comentario Amós cap.4, San Gregorio Magno Dialogos 4:39 y Orígenes en Hom. in Ex. 4 .

7) 1 Corintios 15,29:
"De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué pues se bautizan por los muertos?"
La palabra "bautismo" es utilizada aquí como una metáfora para expresar sufrimiento o penitencia (Mc 10,38-39; Lc 3,16; 12,50). Pablo escribe sobre una práctica entre los cristianos de "bautizarse" por los difuntos. El no la condena, si no que la exalta como válida porque demuestra fe en la resurrección.
Comparar 1 Corintios 15, 29 con 2 Macabeos 12, 44 y se verá la similitud.

8) Filipenses 2,10
"para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en los cielos, en la tierra y en los abismos..."
Comentario: para algunos la expresión "en los abismos" puede entenderse como una referencia al Purgatorio, cuyos habitantes, a diferencia de los del Infierno, mantienen su fidelidad a Cristo. Aunque no es correcto afirmar esto porque parte de la humillación de y del castigo de quienes están y van para el infierno es el recuerdo permanente del Señorío de Cristo. Pongo la cita solo por rigor intelectual.

9) 2 Timoteo 1, 16-18
“Que el Señor derrame su misericordia sobre la casa de Onesíforo; quien muchas veces me confortó y no se avergonzó de mis cadenas. Antes bien, luego que llegó a Roma, me buscó con gran solicitud hasta que me encontró. Que el Señor le del hallar misericordia cerca del Señor en aquel día. Tú sabes mejor que nadie todos los servicios que me hizo en Efeso”.
Teniendo en cuenta que 1) san Pablo escribió esta carta en Roma; 2) que el apóstol habla de Onesíforo en tiempo pasado y hace recuerdo de él como quien ha muerto; 3) que distingue la oración por Onesífono de la oración de su familia; 4) que al final de la carta (4,19) saluda a la familia de Onesíforo y no al mismo Onesíforo, a pesar de que por el contexto se ve que éste no estaba en Roma, se deduce que dicho piadoso varón ya había fallecido cuando escribía el apóstol a Timoteo.
San Pablo oró por su querido amigo Onesíforo en 2 Timoteo 1:18,
"Concédale el Señor encontrar misericordia ante el Señor aquel Día."
¿Para qué oraría Pablo por el muerto si pensara que su amigo estaba en el cielo o en el infierno?

10) 1 Pedro 3:19 “Y Él fue a pregonar a los espíritus que estaban en la prisión”.
Cristo predicó a los espíritus en prisión. ¿Cuáles espíritus? ¿Cuál prisión?
La prisión no puede significar Cielo, y las almas en el infierno están perdidas para siempre. La prisión debe significar un tercer lugar.

11 de 20) 1 Pedro 4,6 , "la Buena Nueva fue anunciada "hasta a los muertos".
De nuevo, ¿quienes eran estos muertos? Revisar:
Hebreos 12,23 " y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos, y a Dios, juez universal, y a los espíritus de los justos llegados ya a su consumación."
l1) Judas 23 "a unos, salvadlos arrancándolos del fuego..."
Comentario: nuestras oraciones y sufragios pueden ayudar a quienes sufren en el Purgatorio, en el fuego del purgatorio.
ADVERTENCIA Y ACLARACIÓN.  Sólo Cristo podría, si fuera posible hacerlo, que no lo es porque así está definido en varios concilios salvar almas del fuego del Infierno.  Pero como posibilidad teórica vale la pena advertir esa posibilidad para aclarar que sabemos de todas maneras que sostener de cualquier forma que salir del infierno sea posible es una herejía, y quien lo diga sea anatema.

12) Apocalipsis 6:9-11
"Cuando el Cordero rompió el quinto sello, vi debajo del altar, con vida, a los degollados por anunciar la palabra de Dios y por haber dado el testimonio debido. Y gritaban con fuerte voz, diciendo: «Señor, que eres santo y siempre dices la verdad, ¿cuándo nos harás justicia y vengarás la muerte sangrienta que nos dieron los habitantes de la tierra?» Se les entregó entonces un vestido blanco a cada uno y se les dijo que esperaran todavía un poco..."
Comentario: Incluso las personas justas pueden necesitar purificarse de ciertas faltas, tales como el deseo de venganza (que es contrario a la enseñanza de Cristo del perdón). El hecho de que estas personas estén debajo del altar indica que aún no han alcanzado una membresía plena del Reino.
Es razonable deducir que si Dios es perfecto, entonces el Cielo tiene que ser un lugar perfecto donde nada imperfecto puede entrar (Apocalipsis 21:27). DIOS no se unirá a Si mismo a nada sucio.

13) Proverbios 17:3 "Crisol para la plata, horno para el oro; los corazones, el Señor mismo los prueba."

14) Isaías 6,5-7  "...¡Ay de mí, que estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros, y entre un pueblo de labios impuros habito: que al rey Yahvé Sebaot han visto mis ojos!". Entonces voló hacia mí uno de los serafines con una brasa en la mano, que con las tenazas había tomado de sobre el altar, y tocó mi boca y dijo: «He aquí que esto ha tocado tus labios: se ha retirado tu culpa, tu pecado está expiado.»
¿Que podría significar esto que no sea la purgación de los pecados a través del fuego?

15) Zacarias 13,7-9 "...¡Despierta, espada, contra mi pastor, y contra el hombre de mi compañía!, oráculo de Yahvé Sebaot. ¡Hiere al pastor, que se dispersen las ovejas, y yo tornaré mi mano contra los pequeños! Y sucederá en toda esta tierra - oráculo de Yahvé - que dos tercios serán en ella exterminados (perecerán) y el otro tercio quedará en ella. Yo meteré en el fuego este tercio: los purgaré como se purga la plata y los probaré como se prueba el oro. Invocará él mi nombre y yo le responderé; diré: «¡El es mi pueblo!» y él dirá: «¡El Señor es mi Dios!»."

16) Malaquias 3,2-3 “¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién se tendrá en pie cuando aparezca? Porque es él como fuego de fundidor y como lejía de lavandero. Se sentará para fundir y purgar. Purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como el oro y la plata; y serán para el Señor los que presentan la oblación en justicia.
Este texto es citado para apoyar la doctrina del purgatorio por Orígenes en  Hom. 6 en Éxodo, San Ambrosio en PS 36,  San Agustin en  Ciudad de Dios lib. 20 cap 25.

17) Salmo 66:12
66:12 Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza;
Pasamos por el fuego y por el agua,
Y nos sacaste a abundancia.
Este versículo es citado para apoyar la doctrina del purgatorio por Orígenes en Homilia sobre los Números 25 y por  San Ambrosio en PS 36, Sermon 3 en PS 118.

18) Lucas 16:9
16:9 Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas
 Citado por San Agustin Ciudad de Dios 12:27.

19) Zacarias 9:11
Y tú también por la sangre de tu pacto serás salva; yo he sacado tus presos de la cisterna en que no hay agua
Citado por San Agustín como prueba del purgatorio, donde estaban los espíritus a los que Cristo liberó. Epistola 99 Ad Evodium.

20) 1 Juan 5,16-17
 El que ve a su hermano cometer un pecado que no lleva a la muerte, que ore y le dará la Vida. Me refiero a los que cometen pecados que no conducen a la muerte, porque hay un pecado que lleva a la muerte; por este no les pido que oren.
17 Aunque toda maldad es pecado, no todo pecado lleva a la muerte.
El apóstol aquí nos habla de dos tipos de pecado, los que llevan a la muerte y los que no, es claro al afirmar que toda maldad es pecado, pero no todo pecado lleva a la muerte, o sea, que no toda maldad lleva a la muerte, eso quiere decir que hay pecados que son veniales, y otros que son mortales.
Sabemos que en el cielo no entrará nada manchado Apoc 21,27 ¿Qué pasa con las personas que mueren con pecados que no son de muerte?  La única salida válida y no contraria a las escrituras es que se purifiquen antes de llegar al Cielo. Recordemos que para poder ver a Dios, debemos estar en Santidad Hebreos 12,14, si hay manchas por leves que sean ya no hay santidad, por ello es necesario purgarlas. 

¿LAS ALMAS DEL PURGATORIO PUEDEN INTERCEDER POR NOSOTROS?

¿LAS ALMAS DEL PURGATORIO PUEDEN INTERCEDER POR NOSOTROS?
Formulamos la pregunta en torno a la debatida cuestión de si podemos invocar a las almas del purgatorio para que ellas intercedan por nosotros, alcanzándonos de Dios alguna gracia.

Las opiniones están divididas entre los teólogos. Hay razones fuertes por uno y otro lado; pero creemos que se puede llegar sin esfuerzo a un término medio razonable. Vamos a exponer las razones opuestas y luego precisaremos la solución que nos parece más probable.

ARGUMENTOS EN CONTRA

1. Es inútil invocarlas, puesto que no se enteran de nuestras peticiones. Los bienaventurados del cielo ven reflejados en la esencia divina todos nuestros deseos y peticiones, sobre todo los que tienen relación con ellos mismos; pero las almas del purgatorio no gozan todavía de la visión beatífica. Es inútil invocarlas 

2. Las almas del purgatorio, aunque son superiores a nosotros en cuanto a que son impecables, son inferiores en cuanto a la situación penal en que se encuentran. No están en estado de orar por nosotros, sino más bien de que nosotros oremos por ellas.

3. La oración litúrgica de la Iglesia es una oración perfecta, a la que nada le falta. Ahora bien: jamás se hace en ella la menor invocación a las almas del purgatorio para que nos ayuden con sus oraciones. Este silencio de la Iglesia es muy aleccionador.

4. Se concibe muy bien la invocación de los santos que gozan ya de Dios y no experimentan necesidad alguna. Pero parece poco delicado pedir algo a quién está sufriendo y necesita más de nosotros que nosotros de él.

5. Nadie da lo que no tiene. Y como el fondo substancial de todas nuestras peticiones ha de ser la bienaventuranza eterna, mal nos la puede obtener quien no la posee todavía. 


ARGUMENTOS A FAVOR

1. Las almas del purgatorio están unidas a nosotros por los vínculos de la caridad. Ahora bien: la caridad, como enseña Santo Tomás, es una amistad que supone el intercambio de los propios bienes.  Luego, si nosotros les ofrecemos nuestras oraciones, en justa reciprocidad caritativa nos ayudarán ellas con las suyas.  No olvidemos que conservan el recuerdo y el amor de los seres queridos y se abrazan, además, en una caridad universal.

2. No importa que no conozcan nuestras peticiones particulares. Saben muy bien que estamos llenos de necesidades y pueden pedir al Señor que nos ayude, aunque ignoren concretamente en qué. Tampoco sabemos nosotros si están o no en el purgatorio nuestros seres queridos y, sin embargo, les enviamos sufragios por si lo hubiera menester.  Aparte de que, como dice el mismo Santo Tomás, pueden enterarse de lo que ocurre en la tierra por lo que les digan los que van llegando al purgatorio, o el ángel de la guarda, o una especial revelación de Dios.

3. Es cierto que por su estado penal están en situación inferior a nosotros. Pero téngase en cuenta que la oración no se apoya en derecho alguno sobre la justicia de Dios, sino en la pura misericordia y liberalidad divina.  De lo contrario, habría que decir que los pecadores no pueden impetrar nada de la misericordia de Dios –lo que sería una herejía–, ya que su situación es muy inferior a la de las almas del purgatorio, que al fin y al cabo están en gracia y amistad con Dios y tienen asegurada su salvación eterna.  Por otra parte, la magnitud de sus sufrimientos no les impide el libre uso de sus facultades psicológicas, ya que el embotamiento de la mente, que en este mundo suele producir el dolor demasiado intenso, procede de las facultades orgánicas al servicio de la inteligencia. Las penas del purgatorio, aunque intensísimas, son de orden estrictamente espiritual.

4. El dogma de la comunión de los santos proporciona otro argumento muy fuerte. Hay una influencia mutua y como una especie de flujo y de reflujo entre las tres regiones de la Iglesia de Cristo: triunfante, purgante y militante.  Ahora bien: ¿en qué puede consistir esa influencia de la purgante sobre la militante sino en las oraciones que esas santas almas ofrezcan a Dios por nosotros? Esta ley es universal, y los lazos de la caridad que unen al purgatorio con la tierra caen bajo esta ley.

5. Es cierto, en fin, que la Iglesia nunca invoca en su liturgia a las almas del purgatorio. Pero sabe que la costumbre de invocarlas está extendidísima en todo el pueblo cristiano y nunca la ha prohibido ni desaconsejado.  Más aún: existe una oración dirigida a las almas del purgatorio que fue indulgenciada por León XIII (14 de diciembre de 1889).  En ella se pide a las lamas que intercedan ante Dios “por el Papa, la exaltación de la santa madre Iglesia y la paz de las naciones”.


SOLUCIÓN MÁS PROBABLE


Como se ve, los argumentos son fuertes por uno y otro lado. Teniendo en cuenta la parte de razón que tengan ambas opiniones y la práctica casi universal de los fieles de invocar en sus necesidades a las almas del purgatorio, nos parece que puede concluirse razonablemente lo siguiente: no hay inconveniente en invocar a las almas del purgatorio en nuestras necesidades; pero teniendo a nuestra disposición la poderosa intercesión de la Santísima Virgen y de los santos del cielo –muy superior en todo caso a la de las almas del purgatorio– y siendo poco delicado pedir una limosna al que en cierto sentido la necesita más que nosotros, hemos de preferir ofrecerles desinteresada y espléndidamente nuestros sufragios sin pedirles nada en retorno. Ya se encargarán ellas solas, a impulsos de la caridad y de la gratitud, de interceder por nosotros en la máxima medida en que puedan hacerlo ahora en el purgatorio y más tarde en el cielo.