Estar atento a la presencia de
Dios en todos los aspectos de mi vida, como consecuencia buscar agradarlo con
todo lo que hago.
Estar atento a la presencia de mi
ángel de la guarda, evitar contristarlo
Radicalizarme en la conversión,
no volver a cometer pecado mortal en ninguna circunstancia, esforzarme por no
cometer pecados veniales y evitar hasta las faltas más pequeñas. Estar atento a ser diligente en el servicio,
en el culto a Dios y en el trato a mí prójimo,
Aspirar a los puestos más altos
del cielo, vivir haciendo el bien, la mayor cantidad de bien, a los demás.
Ser fiel a las enseñanzas de Jesucristo
y de su Iglesia, conocer el credo y vivirlo, en consecuencia, observar lo
dispuesto en el Catecismo, estar atentos a las palabras de Cristo plasmadas en
los Evangelios, en el magisterio, en las vidas de los santos, y ser fiel con
las enseñanzas recibidas de mis padres, antepasados y maestros que me
trasmitieron la fe para vivirla como la recibí.
Pedir a diario y varias veces
durante el día la asistencia del Espíritu Santo para ser espiritual y no de la
carne, tal y como se me pide en la carta a los Gálatas, para que sea capaz de
privilegiar las obras del espíritu sobre las de la carne siempre.
Someterme a Dios, como dice Santiago
4,7, en su carta, “así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y huirá de ustedes”.
este someterse consiste en:
1. Confiar totalmente en que Dios cuida bien de mí,
incluso cuando las cosas son horribles en mi vida.
2. Decirle a Dios, tan a menudo como sea
posible, que lo amo.
3. Pedirle a Dios que tome mi voluntad y la
aplaste y que, en su lugar, ponga Su Santa Voluntad.
4. Pedirle a Dios que derrita mi corazón en Su
Sagrado Corazón, para que pueda llegar a ser humilde, casto, amoroso y
valiente, como Él.
5. Orar día a día para ser cada vez más como
Jesús, con el poder del Espíritu Santo.
6. Pedir humildemente la intercesión de los
santos en el cielo y de las almas en el purgatorio por el bienestar de mi
familia, amigos, enemigos y parientes políticos.
7. Empezar rezando por las santas almas del
purgatorio, por los pobres pecadores en la tierra, y por los enfermos y los
moribundos.
8. Practicar las obras corporales y espirituales
de misericordia. Dios nos habló de esto en Mateo 25: 31-46.
9. Desarrollar una fuerte devoción a la Virgen
María igual que Jesús la tiene.
10. Arrodillarme frente al Tabernáculo con más
frecuencia.
11. Leer y estudiar las Escrituras todos los
días.
12. Portarme de tal manera que los demás me vean
como un testigos de Jesús, es decir honrar mi nombre de católico portándome
como tal. Es decir, no solo ser católico
sino parecer serlo.
13. Crear grupos de oración y de
estudio, organizar conferencias sobre la enseñanza de la Iglesia en todos los
temas.
14. seguir cada vez más la vida
ejemplar de los Santos y de los mártires,
No hay comentarios.:
Publicar un comentario