LA POSESIÓN DEMONIACA

Desde la creación misma, cuando los demonios se rebelaron contra Dios y fueron expulsados y enviados al abismo, se comienza a plantear la guerra entre el bien y el mal, la que sabemos de antemano, perderá el mal.  Son millones de batallas individuales, una por cada alma.  Desafortunadamente muchas de ellas, muchísimas se pierden y se condenan.

El hombre es creado bueno y con tendencia hacia el bien.  Por su pura naturaleza tiende al bien y busca a Dios.  El problema es que nacemos con la marca del pecado original, el de Adán y Eva, que nos hace proclives al pecado, por eso durante toda la vida buscamos a Dios y caemos en el pecado.  Buscamos el bien y terminamos haciendo el mal.

Ese ideal de vida de buscar la gracia de Dios, su conocimiento, su adoración, se logra mediante la utilización de los canales de gracia en la Iglesia:  la confesión, la eucaristía, la meditación de la Palabra, la comunidad, la catequesis.  Es un camino de fe en que debemos transitar ojalá en compañía de la familia, ayunando y ofreciendo penitencia.  Cf. Mc 9, 14-29 (hay espíritus que solo se pueden sacara con ayuno.

Esto en cuanto a tiene que ver con el ideal de vida, con el deber ser como dirían los filósofos.  Pero otra cosa tiene que ver con lo que hacemos en la realidad.  Jesús lo dijo mi reino no es de este mundo.  El príncipe de este mundo es otro.  El otro, decimos nosotros para no tener ni siquiera que nombrarlo.  Y es príncipe del engaño, de la mentira y de la muerte.  Dice San Juan (10,10) el ladrón no viene más que a robar, matar y destruir.  Mientras que el señor Jesús dice Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.

Los católicos pretendemos no ser del mundo.  Pero a pesar de no ser del mundo, estamos en el mundo y estamos influidos por las cosas del mundo.  Y tenemos cientos, miles de influencias de cosas que tienen que ver con el mundo.  Cosas que nos apartan de Dios y de su reino.  Pero además de cosas que no solo nos apartan de Dios sino que, a la larga, permiten que seamos influidos, dominados y aún poseídos por demonios.

 Hay algo que no debe ser olvidado.  Satanás y sus huestes del mal no pueden hacer nada a nadie, a menos que tengan el permiso de Dios (Job 1, 2).  Y siendo este el caso, aunque Satanás crea que está alcanzando sus propios propósitos, realmente está cumpliendo los buenos propósitos de Dios... aún en el caso, por ejemplo, de la traición de Judas.

El solo pecado original nos deja expuestos, nacemos con las puertas abiertas para el dominio del mal, por eso la urgencia de bautizar a los niños.  Pues con ese sacramento, se expulsan a los demonios, de hecho, teológicamente, el bautismo es conocido por ser un exorcismo simple, que además es el sacramento por el que somos incorporados a la Iglesia, comunidad de fe y de vida, "integrándonos en su construcción para ser morada de Dios, por el Espíritu" (Ef. 2,22).  Este es el sacramento primero de la iniciación cristiana, el baño ritual en las aguas salvadoras de la gracia divina manifestada en Jesucristo, Palabra de Dios encarnada.

Por el bautismo de los niños la Iglesia manifiesta la fe en el Dios que guía providentemente nuestra vida con su gracia, haciéndonos partícipes de su vida divina en Jesucristo.  La Iglesia recibió la misión de evangelizar y bautizar, es decir, de mostrar a los hombres el camino de la salvación, de la vida de Dios entre nosotros, para que la vida humana se plenifique en el bien y en el amor.

Cada vez que pecamos estamos dejando abierta la puerta para que entre el enemigo y se enseñoree en nosotros.  O más bien se ensañe contra nosotros.  Mientras más relajados y frescos seamos frente a las cosas de Dios y a sus mandamientos, más facilidades le damos al enemigo para que nos ataque.

El enemigo trabaja en siete áreas:  Posesión, opresión, contaminación, obsesión, tentación, infestación, y vejación.

Pero nuestra conducta no solamente nos afecta a nosotros, sino que lo hace también sobre nuestros descendientes.  Hablando del decálogo, en el Éxodo 20, dice Dios (4-6) “No te harás escultura ni imagen, ni de lo que hay arriba en el cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de los que hay en las aguas por debajo de la tierra.  No te postrarás ante ellos ni les darás culto, porque yo, el señor tu Dios, soy un Dios celoso que castiga la culpa de los padres en los hijos hasta la tercera y la cuarta generación de aquellos que me odian, pero tengo misericordia por mil generaciones con los que me aman y guardan mis mandamientos”.

Hoy, el hombre le abrió espacio a esas prácticas, abominables a los ojos de Dios y que traen consigo maldición.  Es el abandono a Dios para reemplazarlo por ídolos, fetichismos o agüeros.

Dice también en el Deuteronomio (18, 10-13) “No ha de haber en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego (rito satánico), que practique; adivinación, astrología, hechicería, o magia, ningún encantador, ni consultor de espectros o adivinos, ni evocador de muertos (espiritismo), porque todo el que hace estas cosas es una abominación para Yavé tu Dios y por causa de esas abominaciones desaloja Yavé tu Dios a esa naciones delante de ti”.

 Dentro de las conductas prohibidas caben las siguientes: espiritismo, yoga, meditación trascendental, sicología transpersonal, controlo mental, método Silva, programación neurolingüística, terapias alternativas, sanación pránica, Reiki, Feng Shui, consulta de horóscopos, Tarot, numerología, astrología, magia, lectura de Iching, cartas, té, tabaco o cigarrillo, cábala, eneagrama, parasicología, Harry Potter, invocación de muertos, José Gregorio, mentalismo, angelología de los falsos ángeles.

Todo esto está comprendido dentro de las formas del New Age o nueva era.  El Dragón vomitó agua para ahogar a la mujer Apocalipsis (12, 15) La mujer es la Iglesia y el agua es la nueva era.  Satanás tiene poder sobre los que se le entregan a él libremente.  Nadie puede hacer daño a los que creen en Cristo y se le entregan a Él, es más, estos tienen poder sobre Satanás y los hechiceros (Mc (16,18) Lc (10, 12-20).  A los que crean acompañarán estos milagros:  en mi nombre expulsarán demonios, hablarán lenguas nuevas, agarrarán serpientes con las manos y, si bebieran algún veneno no les dañará, impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán curados.

Millones y millones de bautizados han caído en esa red de mentiras, se alejaron del Padre y terminaron como el hijo pródigo metidos con los cerdos (demonios) comiendo esa basura satánica.

Cuando se entra en esas prácticas se incursiona en maldición, nos alejamos de Dios y abrimos puertas a la acción del enemigo con consecuencias en el cuerpo, en el alma, en el entorno familiar, en el entorno social.  Y ahí damos pie o cabida o campo para la posesión demoniaca.

¿CÓMO SE EXPONE UNO MISMO A SER POSEÍDO?

 1. El caso de Judas es representativo, él abrió su corazón al mal (en su caso por su avaricia – Juan 12:6).  Así, es posible, que si uno permite que su corazón sea gobernado por algún pecado habitual... se convierta en una invitación para que un demonio entre.

2. De acuerdo a la experiencia misionera, las posesiones demoníacas también parecen estar relacionadas con la adoración de ídolos paganos y la posesión de objetos del ocultismo.  La Escritura repetidamente relaciona la adoración de ídolos con la adoración a los mismos demonios (Levíticos 17:7; Deuteronomio 32:17; Salmo 106:37; 1 Corintios 10:20), así que no sería sorprendente que el involucrarse con esas religiones y prácticas asociadas con esos cultos pueda conducir a la posesión demoníaca.

3. Mucha gente abre sus vidas a la invasión demoníaca, al abrazar algún pecado (lujuria, gula, ira) o a través de involucrarse en una secta (ya sea consciente o inconscientemente).  Los ejemplos pueden incluir inmoralidad; abuso de drogas y/o alcohol, al alterar éstos el estado de conciencia; rebelión; amargura; meditación trascendental, etc.  En nuestra cultura occidental, podemos ver un incremento en la enseñanza de religiones orientales bajo la apariencia del movimiento de la “nueva era”.

¿QUÉ PRODUCE LA POSESIÓN, CUÁLES SON SUS CONSECUENCIAS?

 1. En algunos pasajes bíblicos:  Mateo 9:32-33; 12:22; 17:18; Marcos 5:1-20; 7:26-30; Lucas 4:33-36; Lucas 22:3; Hechos 16:16-18.  En algunos de estos pasajes, la posesión demoníaca causaba problemas físicos, tales como inhabilidad para hablar, síntomas de epilepsia, ceguera, etc.

2. En otros casos causaba que el individuo actuara con maldad;

a. Judas sería el mejor ejemplo.

b. En Hechos 16:16-18, un espíritu daba a la joven esclava la habilidad de saber cosas más allá de su propio entendimiento.

c. En el caso del endemoniado Gadareno que estaba poseído por una multitud de demonios, tenía una fuerza sobrehumana, andaba desnudo y vivía entre los sepulcros.

d. Dios permitió que el rey Saúl, después de haberse rebelado contra Él, fuera atormentado por un espíritu maligno (1 Samuel 16:14-15:  18:10-11; 19:9-10) con el efecto aparente de un estado de ánimo depresivo y un creciente deseo y disposición de matar a David.

3. Adicionalmente a estas características físicas o emocionales, uno también puede ver actitudes espirituales que muestran influencia demoníaca.

a. Estas pueden incluir una resistencia a perdonar (2 Corintios 2:10-11)

b.la creencia y propagación de falsa doctrina, especialmente concerniente a Jesucristo y Su obra redentora (2 Corintios 11:3-4, 13-15; 1 Timoteo 4:1-5; 1 Juan 4:1-3).

Los criterios para discernir posesión diabólica según el nuevo ritual del exorcismo son:

-Aversión vehemente hacia Dios, la Virgen, los Santos, la cruz y las imágenes sagradas.

Junto con esta pueden darse otros fenómenos que por sí solos podrían ser don de Dios pero en el caso de posesión se manifiestan para el mal:

-El hablar con muchas palabras de lenguas desconocidas o entenderlas.

-Hacer presentes cosas distantes o escondidas.

-Demostrar más fuerzas de lo normal.

¿QUÉ HACER CUANDO LAS FUERZAS DEL MAL YA HAN TOMADO VENTAJA Y ESTÁN AFECTANDO NUESTRAS VIDAS?

Hay dos caminos fundamentales:

1. Cuando efectivamente hay un caso de posesión satánica debidamente comprobado acudir al EXORCISMO, que es un procedimiento que solo puede ser ejercido por el Presbítero con permiso especial del Obispo, o por el exorcista de la diócesis mediante utilización del permiso general que ya tiene este de ejercer ese ministerio.

2. El segundo es acudir a la LIBERACIÓN.

Dios confió a todos los creyentes el poder de expulsar demonios:  Ustedes han sido invitados a compartir mis poderes y a sanar a los enfermos también.  Recuerden mis palabras (Juna 14:12) En verdad, en verdad les digo, aquel que cree n mí, hará las mismas cosas que yo hago y aún más grandes, porque yo voy a mi Padre.  Estos signos los acompañarán a los verdaderos creyentes (Marcos 16:  17-18):  En mi nombre podrán arrojar fuera espíritus malignos, rezar por los enfermos quienes se sanarán, también podrán hablar en nuevas lenguas.  (Juan 15:7).  Si tú crees en mí, y mis palabras viven en ti, pide cualquier cosas que desees y así se hará para ti.

Algunas personas desarrollan una insana fascinación por el ocultismo y la actividad demoníaca.  Esto es poco inteligente y anti bíblico.  Si nosotros seguimos a Dios con nuestras vidas; nos vestimos con Su armadura y dependemos de Su fuerza (no la nuestra) (Efesios 6:10-18), no tenemos nada que temer de las fuerzas del mal, porque ¡Dios gobierna sobre todas ellas!

Según el Padre Amorth, exorcista de Roma, el poder de expulsar demonios que Jesús confirió a todos los creyentes conserva toda validez.  Es un poder general basado en la fe y en la oración, y puede ser ejercido por individuos o comunidades sin ninguna autorización.  Sin embargo, en este caso, se trata de plegarias de liberación, y no se deben llamar exorcismos.  Sólo al sacerdote autorizado, además de al obispo exorcizante, corresponde el nombre de exorcista.  "Habla un Exorcista", 43-44.

En algunas diócesis hay laicos que han sido preparados para el ministerio de liberación (no exorcismo) bajo la dirección de un sacerdote.  La liberación es oración para liberar de la opresión del demonio pero sin utilizar el rito de exorcismo.  Nadie debe ejercer este ministerio sin autorización de la Iglesia.

Jesús vino a liberarnos del poder de Satanás y darnos la gracia de ser hijos de Dios.

Jesús le increpó y el demonio salió de él; y quedó sano el niño desde aquel momento.  Mateo 7,18

Jesús impartió su poder liberador a sus discípulos para que ellos y sus sucesores continuaran la misión de liberación y exorcismo en su nombre.  Por lo tanto el protagonista en el exorcismo es Dios a través de su ministro y no el demonio.

El les dijo:  "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.  Mirad, os he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo, y nada os podrá hacer daño" Lucas 10,18-19

NECESIDAD DE DIAGNÓSTICO Y LA PRUDENCIA.

El Padre Gramolazzo comenta:  actualmente muchos viven una fe supersticiosa o de superstición y muchos tienden a no hacerse responsables, no saben afrontar el sufrimiento y atribuyen todo trastorno físico o espiritual a la acción del demonio.

Pero frecuentemente el remedio es una verdadera y sincera confesión.  Cuando en cambio se percibe aversión a lo sagrado, enfermedades desconocidas o incluso síntomas difíciles de identificar, es posible que sea necesario el exorcismo.  La presencia demoníaca de cualquier forma hay que diagnosticarla en cada caso.  En cambio debería haber más dedicación a la ascesis, a la oración, a la penitencia.  La mentalidad popular ha exagerado los poderes de Satanás, que son los de un ángel común.

En la vida diaria para defenderse del mal basta con ser coherentes con el Evangelio, no tener miedo de testimoniar la propia fe y cuidar la propia relación con Dios.  Dios mismo es quien permite que algunos sean vejados u obsesionados; piénsese en algunos santos.  Pero en estos casos nos hallamos ante planes divinos para nosotros impenetrables.

EN LA BIBLIA HAY MÚLTIPLES MENCIONES A POSESIONES Y EXORCISMOS:

Todo lo que tiene que ver con la Posesión satánica, con la actividad de los demonios es muy delicado y es cierto, a pesar de los esfuerzos del maligno y sus cómplices de hacernos creer que el demonio no existe, él existe.  Negarlo es tomar la actitud del avestruz, que escondiendo su cabeza cree que no le ven el cuerpo.

La Santa Biblia tiene muchísimas citas en las que se habla de las posesiones y de los exorcismos, se debe tener en cuenta que es la Palabra de Dios, o sea que quién las niegue está contradiciendo a Dios mismo.

      Mateo 4:23-25:  Personas poseídas curadas por Jesús (también en Lucas 6:17-19).
      Mateo 7:21-23:  Muchos expulsarán demonios en el nombre de Jesús (también en Marcos 16:17; Lucas 10:17; Hechos 5:16; 8:7).
      Mateo 8:14-17:  Jesús cura a muchos que están poseídos por demonios (también en Marcos 1:29-39; Lucas 4:33-41).
      Mateo 8:28-34:  Jesús expulsa una horda de demonios follando una piara de aproximadamente 2000 cerdos (también en Marcos 5:1-20 y Lucas 8:26-39, pero refiriéndose a un único hombre.  Parece que, o Marcos y Lucas hablan solo del portavoz de los dos endemoniados, o su jefe, o que no mencionan sino a uno, porque no dictan que solo había un endemoniado).
      Mateo 9:32-34:  Jesús hace hablar a un hombre mudo poseído por demonios.  Los fariseos dicen que lo hace por el poder de Belcebú (también en Marcos 3:20-22).
      Mateo 10:1-8:  Jesús da a los doce apóstoles la autoridad para expulsar espíritus malignos (también en Marcos 3:15; 6:7; 6:13; Lucas 9:1; 10:17).
      Mateo 11:16-19:  «Esta generación» dice que Juan el Bautista está poseído por un demonio (también en Lucas 7:31-35).
      Mateo 12:22-32:  Jesús cura a un hombre poseído ciego y mudo (también en Lucas 11:14-23; 12:10; Marcos 3:20-30).
      Mateo 12:43-45:  Jesús cuenta una alegoría de cómo los espíritus vuelven a casa, es decir, de cómo vuelven al cuerpo de un ser humano en el que habían vivido antes (también en Lucas 11:24-26).
      Mateo 15:21-28:  Jesús expulse un demonio del cuerpo de la hija de una mujer Caninita (también en Marcos 7:24-30).
      Mateo 17:14-21:  Jesús cura a un loco expulsando a un demonio fuera de él (también en Marcos 9:14-29; Lucas 9:37-49).
      Marcos 1:21-28:  Jesús expulsa a un espíritu maligno de un hombre (también en Lucas 4:31-37).
      Marcos 9:38-40:  Una persona no cristiana es vista expulsando demonios en el nombre de Jesús (también en Lucas 9:49-50).
      Marcos 16:9:  Jesús expulsa siete demonios del cuerpo de María Magdalena (también en Lucas 8:2).
      Lucas 7:21:  Jesús libera a mucha gente de posesiones por espíritus malignos.
      Lucas 13:10-17:  Jesús expulsa en Sabbat a un espíritu que causa enfermedades en el cuerpo de una mujer.
      Lucas 13:31-32:  Jesús continúa expulsando demonios aún cuando Herodes Antipas está buscándole para matarle.
      Lucas 22:3:  Satanás entra en Judas Iscariote (también en Juan 13:27).
      Juan 7:20:  Una «turba de judíos» que querían matar a Jesús decían que estaba poseído por demonios.
      Juan 8:48-52:  Los judíos dicen que Jesús es un Samaritano poseído por demonios.
      Juan 10:20-21:  Muchos judíos dicen que Jesús delira y está poseído por demonios, otros dicen lo contrario.
      Hechos 5:3:  Satanás ocupa el corazón de Ananías.
      Hechos 5:16:  Los Apóstoles expulsan espíritus malignos de personas poseídas.
      Hechos 8:6-8:  Durante las enseñanzas de Felipe el Evangelista en Samaria, los espíritus malignos abandonan el cuerpo de muchos presentes.
      Hechos 8:18-19:  Simón el Mago se ofrece a comprar el poder de la Imposición de las manos.
      Hechos 10:38:  Pedro dice que Jesús expulsa a todo aquel que se encuentra bajo el poder del Diablo.
      Hechos 16:16-24:  Pablo e Isla son encarcelados por expulsar un espíritu adivinatorio de una esclava.
      Hechos 19:11-12:  Los pañuelos y los delantales tocados por Pablo curan enfermedades y expulsan espíritus malignos.
      Hechos 19:13-20:  Siete hijos de Esceva intentan expulsar malos espíritus, diciendo:  “En el nombre de Jesús, a quien Pablo predica, yo te ordeno salir.  Pero no tienen éxito por su falta de fe”.
      Apocalipsis 18:2:  La Ramera de Babilonia es hogar de demonios, espíritus malignos y aves inmundas.


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