HONRADEZ O HONESTIDAD

Por la nefasta influencia de quienes piensan, leen y escriben mediocremente con el inglés y que adicionalmente y casi por generalidad tienen un español de supervivencia, es decir casi todas aquellas personas que están sometidos al imperialismo cultural de los Estados Unidos, se ha venido confundiendo, entre muchas otras, el significado de las palabras honradez y honestidad, de tal suerte que se nos "envolató" el significado de los dos palabras y al igual, que en el inglés, se fusionaron y simplificaron en uno solo. Honradez y honrado desaparecen dentro del significado de honesto y honestidad, y ahora honesto significa honrado y ¿lo que era honesto por su parte qué?

Para explicarme, hagamos un poco de arqueología ortológica: Sostenía el lexicógrafo Eduardo García, en una cita traída por Argos en uno de sus artículos, pág. 448 de Gazaperas gramaticales, lo siguiente:

Que "la honestidad, de acuerdo con la etimología y el uso inveterado, es decencia y moderación en la persona, acciones y palabras: recato, pudor, urbanidad decoro, modestia."

Ricardo Alfaro, citado por el mismo Argos acota, calificándola como anglicismo, y dice que: "En el último medio siglo se ha puesto de moda entre oradores, escritores y periodistas decir honesto en los casos en que anteriormente se acostumbraba usar el adjetivo honrado. Antes de ese tiempo, honesto correspondía a un concepto de castidad, honrado al de probidad. El inglés solo tiene un congénere honest para las dos acepciones, y la influencia de esa lengua nos ha hecho volver a un uso que ya era obsolescente y raro. Parece ser tradicional en el castellano la preponderancia del concepto de recato, pudor y castidad en las voces honestidad y honesto."

“Ocurre esta circunstancia curiosa en el uso del adjetivo honesto. Calificando al hombre, transmite a veces la idea de probidad. Calificando la mujer, denota invariablemente la calidad de recatada y casta”.

''Un hombre honesto' puede significar un individuo recto y probo. Pero por 'mujer honesta' se entiende siempre la que posee las virtudes de la castidad, el pudor, la modestia y el recato."

En resumen, paréceme fuera de duda que en el genio del castellano, honesto se asocia primordialmente con la idea de castidad, en tanto que honrado denota probidad y rectitud; y que si el uso de aquel adjetivo en esta última acepción no es puramente anglicano, demuestra al menos afectación nada recomendable".

Álex Grijelmo, también periodista, y estudioso del idioma sostiene por su parte en la obra "Defensa apasionada del idioma español, pág. 198 y 199, que:

"El presidente Bill Clinton vio cuestionada su honestidad en 1998 con el caso Lewinsky, pero no su honradez si nos expresamos en correcto español. En inglés, los dos conceptos forman parte de la palabra honesty porque los hablantes de ese idioma han querido poner en el mismo saco al que mantiene relaciones extramaritales y al que se lleva dinero de la hacienda pública, algo que el idioma español ha querido separar porque hemos heredado con la genética del idioma los matices que definen las dos conductas. La influencia del inglés, no obstante, está arruinando esa diferencia (en español lo honesto se aplica de cintura para abajo, y lo honrado de cintura para arriba) y hay quien resalta la cualidad de un político "honesto" cuando a nuestra cultura lo que más le preocupa es que sea "honrado". Si los norteamericanos pueden plantear la destitución de un presidente por sus relaciones sexuales y por haber defendido su intimidad ante los jueces, esa es su manera de pensar. Perder la diferencia entre "honrado" y "honesto", lo que ya está sucediendo en nuestro idioma, significa que empezamos a pensar en esto como ellos. Porque la lengua española sabe que existen atenuantes de la mendacidad. Nunca pondríamos en el mismo saco las trampas políticas de Richard Nixon en el caso Watergate y las mentirijillas de Bill Clinton respecto de lo que disfrutaba en su despacho. Y, sin embargo, los norteamericanos lo han hecho, sin duda porque, en la práctica, no han diferenciado esas dos situaciones con dos palabras distintas".

Pero no todos le echan la culpa a la lengua de los anglos, también los hay, que se la endilgan a la de los galos, ellos dicen que honesto es un galicismo porque la primera acepción de la palabra Honnete en francés es 'conforme a la probidad'.

En fin, para todos los gustos. Por su parte el diccionario de la Real Academia de la Lengua, según cita textual transcrita a continuación, ya recibió, en la cuarta acepción de la palabra honesto el significado de probo, recto, honrado.

honesto, ta.
(Del lat. honestus).
1. adj. Decente o decoroso.
2. adj. Recatado, pudoroso.
3. adj. Razonable, justo.
4. adj. Probo, recto, honrado

El castellano es lengua viva que está en constante evolución. Por lo tanto de manera permanente y habitual se nutre de otros idiomas, de las que toma las raíces, los prefijos, los sufijos, como ocurre del griego y del latín. De otras toma terminología técnica, como ocurre por ejemplo con el inglés. Es necesario permanecer con la mente abierta, para recibir los nuevos aportes, pero en alerta para que en el ejercicio no sacrifiquemos, simplificando, palabras de que ya disponemos y que como se ve, tienen sus propios matices y significados.

Se puede concluir con Argos, que 'honesto', queda así, consagrado por el uso moderno con el sentido de probo y ya no hay nada que hacer. Pero no se encuentra explicación para que se haya suprimido definitivamente el adjetivo honrado.

Por lo tanto el resultado neto es que frente a lo del inglés, culturalmente han ganado un significado y con el español nosotros y nuestros hijos. La hemos perdido.

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