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EL GRAN AVISO | PARTE CUARTA: QUE HACER

¿Frente a la aparente inminencia del Aviso qué debemos hacer?  He sido reclamado porque la serie de notas no permite deducir, o no aporta elementos para determinar la fecha de ocurrencia de estos eventos.  La verdad es que muchos de ellos ya están sucediéndose, lo malo con los que faltan es que es sumamente difícil establecer siquiera una cronología aproximada, máxime si tenemos en cuenta que la Virgen María ya advirtió que la ocurrencia de estos hechos podría darse de manera casi que simultánea.
La que busco con esta serie de notas es que quién las lea, se entere de lo que está escrito en la Biblia, que es nada menos que la Palabra de Dios, para que ojalá se enamore de ella y comience a leerla y despierte en él la necesidad de buscar la conversión, el cambio de vida, para vivir de acuerdo con las indicaciones que la Iglesia católica nos ha venido dando desde siempre:  vivir de manera recta y ordenada.
Sabemos porque así se nos ha dicho muchas veces que el arca en la cual nos refugiaremos es el corazón inmaculado de la Santísima Virgen María, pues bien, también sabemos que quienes estén en pecado y sin las debidas disposiciones no podrán acceder a él.  La invitación es pues al acercamiento a los sacramentos, confesión frecuente, comunión diaria, oración, ayuno y vigilias.


1.   Es muy prudente desde ahora prepararnos espiritualmente en oración,ayunos y vigilia.

Joel 1, 13-15 “13 ¡Vístanse de duelo y laméntense, sacerdotes!  ¡Giman, servidores del altar!  ¡Vengan, pasen la noche vestidos de penitencia, ministros de mi Dios!  Porque se ha privado a la Casa de su Dios de ofrenda y libación.  14 Prescriban un ayuno, convoquen a una reunión solemne, congreguen a los ancianos y a todos los habitantes del país, en la Casa del Señor, su Dios, y clamen al Señor.  15 ¡Ah, qué Día!  Porque está cerca el Día del Señor, y viene del Devastador como una devastación.  (Isaías 13, 6).

      2.          Es urgente y necesario almacenar agua y granos para los 7 meses de sequía que sobrevendrán después del impacto del cometa

Génesis 41, 35-36 “35 Ellos recogerán todo el comestible de esos años buenos que vienen, almacenarán el grano a disposición de Faraón en las ciudades, y lo guardarán.  36 De esta forma quedarán registradas las reservas de alimento del país para los siete años de hambre que habrá en Egipto, y así no perecerá el país de hambre."

y compartir todo con los sobrevivientes, pues si no se hace todos se arruinará y perecerás tú y toda tu familia, la última ración alimentaria entrégala,

1Reyes 17, 8-16 “8 9 "Ve a Sarepta, que pertenece a Sidón, Lucas 4, 26 y establécete allí; ahí yo he ordenado a una viuda que te provea de alimento".  10 Él partió y se fue a Sarepta.  Al llegar a la entrada de la ciudad, vio a una viuda que estaba juntando leña.  La llamó y le dijo:  “Por favor, tráeme en un jarro un poco de agua para beber".  11 Mientras ella lo iba a buscar, la llamó y le dijo:  “Tráeme también en la mano un pedazo de pan".  12 Pero ella respondió:  “¡Por la vida del Señor, tu Dios!  No tengo pan cocido, sino sólo un puñado de harina en el tarro y un poco de aceite en el frasco.  Apenas recoja un manojo de leña, entraré a preparar un pan para mí y para mi hijo; lo comeremos, y luego moriremos".  13 Elías le dijo:  “No temas.  Ve a hacer lo que has dicho, pero antes prepárame con eso una pequeña galleta y tráemela; para ti y para tu hijo lo harás después. 14 Porque así habla el Señor, el Dios de Israel:  El tarro de harina no se agotará ni el frasco de aceite se vaciará, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la superficie del suelo".  15 Ella se fue e hizo lo que le había dicho Elías, y comieron ella, él y su hijo, durante un tiempo.  16 El tarro de harina no se agotó ni se vació el frasco de aceite, conforme a la palabra que había pronunciado el Señor por medio de Elías.

    y esa noche harán oración y Dios todo poderoso hará el milagro de la multiplicación para que sigan compartiendo con amor.

Juan 6, 5-15 “5 5 Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe:  “¿Dónde compraremos pan para darles de comer?”  6 Él decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer.  7 Felipe le respondió:  “Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan".  8 Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo:  9 "Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?"  10 Jesús le respondió:  “Háganlos sentar".  Había mucho pasto en ese lugar.  Todos se sentaron y eran unos cinco mil hombres.  11 Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados.  Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron.  12 Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos:  “Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada".  13 Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada.  14 Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía:  “Este es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo".  15 Jesús, sabiendo que querían apoderarse de él para hacerlo rey, se retiró otra vez solo a la montaña.

      3.         Pasados los 7 días del aviso, la tierra se va a demorar 7 meses en que la vegetación vuelva a retoñar produciéndose “la gran sequía” y la consiguiente escases de alimentos.

Apocalipsis 8, 7 “7 Cuando el primer Ángel tocó la trompeta, cayó sobre la tierra granizo y fuego (Éxodo 9, 24, Apocalipsis 11, 19, Apocalipsis 16, 21) mezclado con sangre:  la tercera parte de la tierra fue consumida, junto con la tercera parte de los árboles y toda la hierba verde.

Jeremías 14, 1-6 “1 Palabra del Señor que llegó a Jeremías con motivo de la gran sequía:  2 Judá está de duelo y sus puertas desfallecen; están lúgubres, aterradas, y se eleva el clamor de Jerusalén.  3 Los nobles mandan a sus criados en busca de agua; ellos van a las cisternas, pero no encuentran agua; vuelven con los cántaros vacíos; avergonzados y confundidos, se agarran la cabeza.  4 Al ver el suelo agrietado, porque no hay lluvia en el país, los campesinos, avergonzados, se agarran la cabeza.  5 Sí, hasta la cierva en el campo, deja abandonadas sus crías, por falta de pasto; 6 los asnos salvajes se paran en los montes desolados, aspiran el aire como los chacales; sus ojos se consumen, porque no hay más hierba.


       4.        Se han secado los causes de agua y el fuego ha devorado los pastizales.

Joel 1, 17 – 20 “17 Los granos se han petrificado bajo los terrones; los silos están devastados, los graneros en ruinas, porque se ha perdido el trigo.  18 ¡Cómo muge el ganado!  Las manadas de vacas vagan sin rumbo, porque no tienen donde pastar.  ¡También los rebaños de ovejas desfallecen!  19 Señor, yo clamo a ti, porque el fuego ha devorado los pastizales de la estepa, las llamas han consumido todos los árboles del campo.  20 Hasta los animales del campo suspiran por ti, porque los cauces de agua se han secado, y el fuego ha devorado los pastizales de la estepa.


      5.       La mayoría de las construcciones quedarán destruidas, carreteras, puentes edificios, colegios, almacenes, fábricas, todo el comercio, medios de comunicación, no hay donde ir a trabajar ni estudiar por varios meses y cuando se intente reconstruir y normalizar todo surgirá el reino del anticristo y la implantación obligatoria del microchip.

Apocalipsis 18, 10-17 “10 manteniéndose a distancia ante el horror de sus tormentos:  Ezequiel 26, 18 "¡Ay, ay!  ¡La gran Ciudad, Babilonia, la ciudad poderosa!  Bastó una hora para que recibieras tu castigo".  11 También los comerciantes de la tierra lloran y están de duelo por ella, porque ya nadie les compra sus mercancías: 12 objetos de oro y de plata; piedras preciosas, perlas, telas de lino y de púrpura, de seda y de escarlata; maderas aromáticas; objetos de marfil, de maderas finas, de bronce, de hierro y de mármol; 13 canela, ungüento perfumado, perfumes, mirra e incienso; vino, aceite, harina y trigo; animales de carga, ovejas, caballos y carros; esclavos y seres humanos... 14 "Ya no verás más los frutos que tanto deseabas: has perdido esos productos delicados y espléndidos, y nunca más se los encontrará".  15 Los que traficaban con esos productos y se habían enriquecido a costa de ella, se mantendrán a distancia ante el horror de sus tormentos, llorando y lamentándose:  16 "¡Ay, ay!  ¡La gran Ciudad!  Estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, resplandeciente de oro, de piedras preciosas y de perlas.  17 ¡Y en una hora fue arrasada tanta riqueza!"  Los capitanes, los que navegan por las costas, los marinos y todos los que viven del mar, se mantuvieron a distancia”

Apocalipsis 13, 16-18 “16 Así consiguió que todos —pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos— se dejaran poner una marca en su mano derecha o sobre su frente, 17 de manera que nadie podía comprar o vender, si no llevaba marcado el nombre de la Bestia o la cifra que corresponde a su nombre.  18 Para esto se precisa sutileza.  El que tenga inteligencia calcule la cifra de la Bestia, porque es una cifra humana:  666”.


          6.            Inicialmente después del aviso habrán muchas conversiones,

Isaías 29, 22-24 “22 Por eso, así habla el Señor, el Dios de la casa de Jacob, el que rescató a Abraham:  En adelante, Jacob no se avergonzará ni se pondrá pálido su rostro.  23 Porque, al ver lo que hago en medio de él, proclamarán que mi Nombre es santo, proclamarán santo al Santo de Jacob y temerán al Dios de Israel.  24 Los espíritus extraviados llegarán a entender y los recalcitrantes aceptarán la enseñanza”.

pero posteriormente no renunciaron a sus malas práctica por esto continuarán las pruebas.
Apocalipsis 9, 20-21  “20 Y el resto de los hombres que no habían sido dañados por las plagas, no se arrepintieron de sus obras ni dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que son incapaces de ver, de oír y de caminar.  (Daniel 5, 4, Salmo 115, 4-8, Salmo 135, 15-18).  21 No, ellos no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus maleficios, ni de sus fornicaciones, ni de sus robos.


      7.        Muchos sacerdotes desconcertados ante este cataclismo no pueden explicarles nada a los fieles porque rechazaron los mensaje y el espíritu profético que acompaña a nuestra Iglesia Católica.

Oseas 4, 4-10 “4 ¡No, que nadie acuse ni haga reproches! ¡Mi pleito es contigo, sacerdote! 5 Tú tropezarás en pleno día; también el profeta tropezará en la noche junto contigo, y yo haré perecer a tu madre.  6 Mi pueblo perece por falta de conocimiento.  Porque tú has rechazado el conocimiento, yo te rechazaré de mi sacerdocio; porque has olvidado la instrucción de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.  7 Todos, sin excepción, pecaron contra mí, cambiaron su Gloria por la Ignominia.  8 Se alimentan con el pecado de mi pueblo y están ávidos de su iniquidad.  9 Pero al sacerdote le sucederá lo mismo que al pueblo:  yo le pediré cuenta de su conducta y le retribuiré sus malas acciones.  10 Comerán, pero no se saciarán, se prostituirán, pero no aumentarán, porque han abandonado al Señor, para entregarse a la prostitución.

Apocalipsis 19, 9-10 “9 Después el Ángel me dijo:  “Escribe esto:  Felices los que han sido invitados al banquete de bodas Mateo 22, 2-3 del Cordero".  Y agregó:  “Estas son verdaderas palabras de Dios".  10 Entonces yo caí a sus pies para adorarlo, pero él me advirtió:  “¡Cuidado!  No lo hagas, porque yo soy tu compañero de servicio y el de tus hermanos que poseen el testimonio de Jesús.  El testimonio de Jesús es el espíritu profético.  ¡Es a Dios a quien debes adorar!"


      8.         Los elegidos de Dios saldrán con valentía a denunciar a las masas que empiezan a ser engañadas por el anticristo.

Jeremías 20, 7-11 “7 ¡Tú me has seducido, Señor, y yo me dejé seducir! ¡Me has forzado y has prevalecido!  Soy motivo de risa todo el día, todos se burlan de mí.  8 Cada vez que hablo, es para gritar, para clamar:  “¡Violencia, devastación!”  Porque la palabra del Señor es para mí oprobio y afrenta todo el día.  9 Entonces dije:  “No lo voy a mencionar, ni hablaré más en su Nombre".  Pero había en mi corazón como un fuego abrasador, encerrado en mis huesos:  me esforzaba por contenerlo, pero no podía.  10 Oía los rumores de la gente:  “¡Terror por todas partes!  ¡Denúncienlo!  ¡Sí, lo denunciaremos!”  Hasta mis amigos más íntimos acechaban mi caída:  "Tal vez se lo pueda seducir; prevaleceremos sobre él y nos tomaremos nuestra venganza".  11 Pero el Señor está conmigo como un guerrero temible:  por eso mis perseguidores tropezarán y no podrán prevalecer; se avergonzarán de su fracaso, será una confusión eterna, inolvidable”.


      9.            Hay de aquellos que después de conocer estas advertencias, siguen amasando fortuna sin prepararse y sin tener caridad con los más necesitados, porque perecerás con tus bienes y si logras sobrevivir serás despojado de todo.

Jeremías 22, 13-19 “13 ¡Ay del que edifica su casa sin respetar la justicia y sus pisos altos sin respetar el derecho, del que hace trabajar de balde a su prójimo y no le remunera su trabajo!  14 ¡Ay del que dice:  “Me edificaré una casa espaciosa, con pisos altos bien aireados", y luego le abre ventanas, la recubre de cedro y la pinta de rojo vivo!  15 ¿Eres acaso rey porque ostentas la mejor madera de cedro? ¿Acaso tu padre no comía y bebía?  Pero también practicaba el derecho y la justicia, y entonces todo le iba bien.  16 Él juzgaba la causa del pobre y del indigente, y entonces todo le iba bien.  ¿No es eso conocerme?  —Oráculo del Señor—.  17 Pero tú no tienes ojos ni corazón más que para tus ganancias, para derramar sangre inocente, para practicar la opresión y la violencia.  18 Por eso, así habla el Señor acerca de Joaquim, hijo de Josías, rey de Judá:  ¡Pobre de ese hombre!  Nadie se lamentará por él:  (2 Reyes 23, 36, 2 Crónicas 36, 5, Jeremías 1, 3, Jeremías 26, 1-6, Jeremías 35, 1-19) “¡Ay, hermano mío!  ¡Ay, hermana mía!”  Nadie se lamentará por él:  “¡Ay, señor!  ¡Ay, su Majestad!”  19 Será sepultado como un asno, será arrastrado y arrojado más allá de las puertas de Jerusalén”.

Miqueas 2, 1-5 “1 ¡Ay de los que proyectan iniquidades y traman el mal durante la noche! Al despuntar el día, lo realizan, porque tienen el poder en su mano.  2 Codician campos y los arrebatan, casas, y se apoderan de ellas; oprimen al dueño y a su casa, al propietario y a su herencia.  3 Por eso, así habla el Señor:  Yo proyecto contra esta gente una desgracia tal que ustedes no podrán apartar el cuello, ni andar con la cabeza erguida, porque será un tiempo de desgracia.  4 Aquel día, se proferirá contra ustedes una sátira y se entonará esta lamentación:  “Hemos sido completamente devastados; ¡se transfiere a otros la parte de mi pueblo!  ¿Cómo me la quita a mí y reparte nuestros campos al que nos lleva cautivos?”  5 Por eso, no tendrás a nadie que arroje la cuerda para medirte un lote, en la asamblea del Señor.  La oposición del pueblo contra el profeta".


REFERENCIAS DEL FIN DE LOS TIEMPOS:

         1.         Citas Bíblicas escatológicas

         2.          El inicio de las Grandes tribulaciones

         3.         Los desastres naturales
     
         4.         El caos moral y social

         5.         La crisis en la Iglesia Católica
   
       6.       La Instauración del Nuevo Orden Mundial,
         7.         El Gran Aviso,
a.        primera parte
b.        segunda parte:  Señales
c.        tercera parte:  el impacto
d.        cuarta parte:  Qué hacer
   
         8.         El falso profeta –o segunda bestia, o el antipapa-





CUANDO EL PAPA HABLA DIOS NO SE MUDA

Son atributos del entendimiento de Dios: (i) La Omnipotencia, Salmo 134.6 “Todo cuanto quiso el Señor lo hizo”; (ii) La Bondad, Lucas 17,19 “Nadie es bueno sino solo Dios”; (iii) La Santidad, Salmo 44,5 “Amaste la justicia y aborreciste la iniquidad”; (iv) La Veracidad, Su Fidelidad y Su Justicia, de las cuales podemos predicar que: en cuanto a La Veracidad solo puede enseñarnos la verdad, nunca el error y la mentira, pues según el libro de los Números 23,19 “No es Dios como el hombre para que mienta” y, además, Dios es infinitamente veraz, porque siendo infinitamente sabio, no puede engañarse, y siendo infinitamente santo no puede engañarnos. (v) La Fidelidad, salmo 144, 13 – cumple estrictamente tanto sus promesas como sus amenazas. “Fiel es el Señor en todas sus obras”.  (vi) La Justicia, Proverbios 2,14 “retribuye a cada cual según sus obras, premiando al bueno y castigando al malo”.

Al hablar de los atributos de su esencia podemos decir, que Dios es infinito e inmutable, no puede recibir más perfecciones que las que tiene, dado el hecho incontrovertible que si las necesitara dependería, entonces, de aquel que se las diera y por lo tanto dejaría de ser Dios para que aquel otro lo fuera. 

Así las cosas vemos que todo en Dios es en grado sumo e ilimitado: sus perfecciones, sus atributos y sus cualidades, su: sabiduría, honestidad, bonhomía, justicia, etcétera, son sin límite alguno, las tiene completas: infinitas, por eso no puede recibir nada más de lo que ya tiene, pues no hay más, y además lo que tiene lo tiene en grado de perfección absoluta, por eso no hay error ni en la cantidad, ni en la calidad. 

Dios no cambia.  Junto con su infinitud encontramos su inmutabilidad, esto es, que no está sujeto a cambios ni en su ser, ni en sus designios, ni tampoco, en los propósitos de su voluntad, porque todo lo que sucede ya lo tenía previsto y determinado desde la eternidad.  Y no lo puede hacer, porque no puede adquirir nada nuevo, ni perder nada de lo que tiene, si así pasara ya no sería infinito, y el cambio de designios importa, necesariamente, el conocimiento de cosas que antes se ignoraban y Dios desde la eternidad todo lo sabe, por eso en Santiago 1,17, nos dice, “Dios, en quien no cabe mudanza ni sombra de variación” y en Malaquías 3,6, también, “Yo soy el Señor y no cambio”.

Como la Iglesia fue creada por Jesucristo para que mediante ella participáramos de sus méritos para salvarnos, comparte con Él muchas de sus cualidades y atributos.  Por ejemplo, la Invariabilidad, mediante la cual ha conservado y conservará el tesoro recibido de Cristo Jesús, a saber: (i) El dogma, que es todo ese conjunto de las verdades de la fe, que se nos revelaron en la Sagrada Escritura y en la Tradición;  (ii) La moral, que es la ciencia que guía nuestros actos y ordena nuestra conducta de acuerdo con una determinada norma de obrar; (iii) Los sacramentos, que son signos sensibles instituidos por Cristo para darnos: la gracia, las virtudes, y los dones del Espíritu Santo.   Por ser instituidos por Cristo, la Iglesia no puede cambiarlos ni su esencia, ni establecer nuevos, solo puede reglamentar sus ceremonias; y por último (iv) la estructura de la Iglesia.

A pesar de que ni los dogmas, ni la moral, ni los sacramentos, ni la estructura de la Iglesia puede ser tocada, pues por haber sido dados por Cristo, y por eso son veraces, y comparten sus atributos divinos de la infinidad y la inmutabilidad, Francisco, el falso profeta, ha dado puntadas para realizar cambios en todos los aspectos, planteando cambios y abriendo puertas para adaptar la Iglesia a una modernidad que repugna y contradice todo lo que hemos aprendido y practicado durante 2.000 años.

En Marcos 16,16 el Señor nos dice que “el que crea y sea bautizado se salvará, pero el que no crea se condenará”.  Por eso la Iglesia tiene que ser infalible, es decir que no puede errar en asuntos pertinentes a la fe y a la moral, pues si pudiera errar, tendríamos que aceptar que Dios nos obliga a aceptar el error, lo que repugna a su sabiduría y a su santidad.

Cuando el Papa habla, por ser la máxima autoridad de la Iglesia Católica, por tener privilegios especiales como ser la roca sobre la cual se funda la Iglesia, por la infalibilidad que tienen sus pronunciamientos, tenemos la tendencia a creer a pie juntillas, con los ojos cerrados, lo que esta máxima autoridad diga.  Y participamos de la tendencia, como natural, de no controvertir sus “enseñanzas”, pues es el Vicario de Cristo, entendemos que es el mismo Cristo quien se está pronunciando.

¿Pero por qué personas como nosotros, y en número creciente estamos ahora controvirtiendo y dudando de muchas de las afirmaciones, negaciones, y enseñanzas del falso profeta, el Papa Francisco? ¿Por qué, cada vez es mayor el número de personas que dudan de que Francisco sea el papa?  En el caso mío, ya sé con nivel de certeza que Bergoglio no es un Papa legítimo, y ya estoy sospechando que sea el Falso Profeta de que se habla en el Apocalipsis y algunas de las razones que tengo son las siguientes:

El Papa no puede enseñar el error, si así lo hiciera, significaría que el infierno, esto es el espíritu de error y mentira prevalecería sobre la Iglesia, pues el Papa cuando actúa lo hace como Piedra, y según la promesa de Jesucristo, dada en Mateo 16, 18 “las puertas del infierno no prevalecerán contra ella”, refiriéndose a la Iglesia, y esto no podemos reducirlo únicamente a cuando el Papa habla excátedra, en materias de Fe y de Moral y dirigiéndose a la Iglesia Universal. 

El Papa, como humano que es, no está exento de error, de equivocarse, eso es cierto, pero también es cierto que no puede cometer una equivocación por semana como ha pasado con este Papa.  Desde su elección a hoy a cometido más de 150 despropósitos, errores, contradicción de la doctrina, la moral, los sacramentos, etcétera y todo esto, como se dijo, es intocable, la verdad que son verdades que no pueden ser revisadas, ni cambiadas, ni siquiera por el mismo Dios, pues si así lo hiciera estaría contradiciendo sus propios atributos.

La verdad que Dios nos ha revelado es Inmutable, la verdad que se le ha entregado a la Iglesia Católica es Invariable, por esto no puede ser tocada ni por este Papa, ni por el próximo, ni por ninguno.

LOS DOCTORES DE LA IGLESIA

A pesar de que no se trata de hacer un ranking de santidad o de ciencia, la clasificación de algunos de las personas de nuestra Iglesia católica según su valía para la misma Iglesia sirve para tener referencias de su excelencia, en cuanto a la doctrina y su fe, pues de ahí provienen enseñanzas que por regla general carecen de error y que debemos tener en cuenta, para poder hacer lecturas buenas, sobre todo en esta época en que las jerarquías nos están pervirtiendo con tanta enseñanza corrompida, pues sin entrar a profundizar en ello todavía esta es una época en que hay, suelto por ahí, mucho lobo con piel de oveja.

El primer lugar encontramos el grupo de los Santos Padres, que es ese conjunto de pastores, escritores y Obispos de los primeros siglos del cristianismo, que compusieron la doctrina que es considerada fundamento de la fe y de la ortodoxia en la Iglesia católica.

El segundo grupo, es el de los padres apostólicos, que son los que tuvieron cercanía inmediata con los apóstoles, son algunos de los presbíteros y diáconos que vivieron en los siglos I y II de nuestra era, sus comunicaciones son cartas, documentos y recomendaciones dirigidas a las comunidades que pastoreaban y su objetivo era responder a cuestiones de contenido moral antes que doctrinal, por ello el estilo de estas comunicaciones es sencillo y directo.

El tercer grupo que encontramos es el de los apologistas cristianos, aparecen a partir del siglo III, viven en la época de la persecución y su característica principal es la defensa que hacían del cristianismo frente a los gentiles y doctrinas que aparecían en su época, se fundamentaron en las Sagradas Escrituras, así como en la Liturgia y Tradición mantenida en cada una de las Iglesias particulares.

El cuarto grupo, es el de los doctores de la Iglesia, este se estableció o se instauró para destacar a un pensador de importancia ajeno a la época patrística, para reforzar la autoridad de algunos padres.  El título de doctor se aplica en mayor extensión a santos que no fueron padres, y solamente a algunos padres que fueron muy destacados en lo magisterial   

Doctor de la Iglesia es un título otorgado por el Papa o un concilio ecuménico a ciertos santos en razón de su erudición y en reconocimiento como eminentes maestros de la fe  

La Iglesia Católica ha declarado que en los dos mil años de su historia solamente 35 personas por sus elevadas condiciones personales de erudición,  sean puntos de referencia, para las jerarquías, los doctos e  intelectuales, así como para nosotros los fieles de a pie nombrándolos doctores de la Iglesia.  Ahora último Francisco Proclamo un último doctor de la Iglesia para llegar así a 36. 

En la Iglesia primitiva se les expidió el título a los primeros doctores de manera espontánea, a cuatro griegos: san Atanasio de Alejandría, San Basilio el Grande, San Gregorio Nacianceno y San Juan Crisóstomo; y a cuatro Latinos que fueron: San Ambrosio de Milán, San Agustín de Hipona, San Jerónimo de Estridón y san Gregorio Magno.  (Ver catequesis de Benedicto XVI 
http://www.rodin.org.mx/patrologia/par/bxvi.html ).

El nombramiento de una persona como doctor de la Iglesia no es poca cosa, pues la criba por la cual lo pasan es sumamente exigente, el primer estudio que se hace es de la santidad de la persona, así las cosas, lo primero que hay que declarar es su santidad, es decir se estudia y declara que vivió de manera heroica las virtudes cristianas;  luego, se revisa la ortodoxia en la fe, es decir la manera cómo vivió y enseñó y predicó, la concordancia de su vida con la revelación de Dios, con las enseñanzas de la santa madre Iglesia, con la doctrina, con el magisterio y con las enseñanzas de los Papas legítimos; el siguiente análisis se hace sobre la eminencia en la doctrina, pero lo que se examina es la manera intachable y perfecta en que se dedicó al estudio y difusión de la doctrina católica; y por último, el cuarto filtro tiene que ver con el influjo benéfico en las almas, es decir en la manera como sus enseñanzas y su vida acercan almas a Nuestro Señor Jesucristo.

Este análisis por supuesto que está lejos de la declaración ex cathedra de un dogma, pero está bien cercano de certificar como muy seguro, en grado superlativo, creo yo, el estudio de las doctrinas y tesis del doctor de la Iglesia.  Los 35 doctores de la Iglesia Universal, seguramente no sean ni los más doctos, ni los más santos en la historia del cristianismo, pero si son los únicos que cumplen con los cuatro requisitos a la vez, y vuelvo y los repito: santidad declarada, ortodoxia en la fe, eminencia en la doctrina e influjo benéfico en las almas.

 ¿Cómo es el trámite de la proclamación?  Respecto de los dos primeros requisitos: declaración de santidad y ortodoxia en la fe, sabemos que miles de personas cumplen con estos requisitos, pues gracias a Dios, la verdad del Espíritu Santo ha iluminado a la Iglesia Católica durante la mayor parte de su historia, y afortunadamente son menores los momentos de oscuridad y desatino en los que satanás ha logrado infiltrar su cola serpentina dentro de nuestra fe, desafortunadamente parece que este es uno de esos.

El tercer requisito y cuarto requisitos son ya específicos del club de los doctores de la Iglesia: la Eminencia de la doctrina y el influjo benéfico.  Acá encontramos ejemplos de santos como Tomás de Aquino o Alberto Magno, de gran espesor y profundidad académica e intelectual, o por el contrario, Santos como Catalina de Siena, Bernardo de Claraval o Teresa de Lisieux que llegan directamente al corazón de las personas y el influjo benéfico de ellos que tiene que ver con las almas que llevaron a la conversión o bien a las convertidas que empujaron a la santidad.

Determinado el candidato se presenta la propuesta para primer estudio por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe y después para estudio de la Congregación para las causas de los Santos, si el dictamen de las dos congregaciones es positivo se hace la petición formal al Papa.  A pesar de que el Papa puede proclamar doctores por iniciativa propia normalmente prefiere seguir el trámite  e intervenir al final del mismo con el elemento decisivo: la proclamación pública destinada a la Iglesia universal.

Los doctores de la Iglesia son honrados con una liturgia especial en la misa oficiada en su honor. Esto excluye del nombramiento como doctor a los mártires, puesto que el oficio de la misa se reserva tradicionalmente para honrar a los confesores. El introito de la misa se adopta del de Juan, Apóstol y Evangelista; adicionalmente, el oficio incluye la lectura del Credo, y la antífona del Magnificat reza O doctor optime ("oh, excelentísimo doctor"). Estos dos últimos son los rasgos característicos del oficio doctoral, pues en la fiesta de algunos santos —en particular Juan Damasceno, pero también Atanasio, Basilio y Cirilo de Jerusalén— se ofician misas especiales.

Son los doctores de la Iglesia:

1.  San Agustín (354-430). Obispo de Hipona.  Uno de los cuatro doctores originales       de la Iglesia Latina. "Doctor de la Gracia". Aclamado doctor el 20 de septiembre de 1295 por el Papa Bonifacio XIII
2.  San Ambrosio: (340-397). Uno de los cuatro tradicionales Doctores de la Iglesia latina. Combatió el arrianismo en Occidente. Obispo de Milán y mentor de San Agustín. Aclamado doctor el 20 de septiembre de 1295 por Bonifacio VIII.
3.  Papa San Gregorio I Magno (540-604). Papa. Cuarto y último de los cuatro Doctores originales de la Iglesia Latina. Defendió la primacía papal y trabajó por la reforma del clero y la vida monástica. Aclamado doctor el 20 de septiembre de 1295 por Bonifacio VIII.
4.  San Jerónimo de Estridón (343-420). Uno de los cuatro Doctores originales de la Iglesia Latina. Padre de las ciencias bíblicas y traductor de la Biblia al latín.  Aclamado doctor el 20 de septiembre de 1295 por Bonifacio XIII.
5.  Santo Tomás de Aquino. (1225-74). Filósofo dominico y teólogo. Llamado "Doctor Angélico". Autor de la Suma Teológica, obra insigne de teología. Patrón de las escuelas Aclamado doctor el 11 de abril de 1567 por Pío V.
6.  San Atanasio (296-373). Obispo de Alejandría (Egipto). Principal opositor al arrianismo. Padre de la Ortodoxia. Doctor en el año 1568 por Pío V.
7.  San Basilio el Grande (329-379). Uno de los tres Padres capadocios. Padre del monacato oriental. Doctor en 1568 por San Pío V.
8.  San Gregorio Nacianceno. (330-390). Llamado el Demóstenes cristiano por su elocuencia y, en la Iglesia Oriental, "El Teólogo". Uno de los tres Padres Capadocios. Doctor en 1568 por Pío V.
9.  San Buenaventura  de Fidanza (1217-1274). Teólogo franciscano. "Doctor Seráfico".  Doctor el 14 de marzo de 1588 por Sixto V.
10.  San Anselmo (1033-1109). Arzobispo de Canterbury. Padre del escolasticismo.  Doctor el 3 de febrero de 1720 por Clemente XI.
11.  San Isidoro de Sevilla (560-636). Arzobispo, teólogo, historiador. Reconocido como el hombre más sabio de su época. Doctor el 25 de abril de 1722 por Inocencio XIII.
12.  San Pedro Crisólogo (400-50). Obispo de Rávena. Llamado "Palabra de Oro". Doctor el 10 de febrero de 1729 por Benedicto XIII.
13. Papa San León I Magno (400-46l). Papa. Escribió contra las herejías del nestorianismo, el monofisismo, el maniqueísmo y el pelagianismo. Doctor el 15 de octubre de 1754 por Benedicto XIV.
14. San Pedro Damián (1007-72). Benedictino. Reformador eclesiástico y clerical. Doctor el 27 de septiembre de 1828 por León XII.
15. San Bernardo de Claraval (Clairvaux) (1090-1153). Cisterciense. Llamado "Mellifluous Doctor" por su elocuencia. Aclamado doctor el 20 de agosto de 1830 por Pío VIII.
16.   Hilario de Poitiers (315-368). Obispo. Llamado el Atanasio de Occidente. Doctor el 13 de mayo de 1851 por Pío IX.
17.  San Alfonso María de Ligorio (1696-1787). Patrón de confesores y moralistas. Fundador de los redentoristas.  Doctor el 7 de julio de 1871 por Pío IX.
18.  San Francisco de Sales (1567-1622). Obispo y líder de la contrarreforma. Patrón de los escritores y la prensa católica. Doctor el 16 de noviembre de 1871 por Pío IX.
19. San Cirilo de Alejandría (376-444). Patriarca. Combatió el nestorianismo. Hizo contribuciones claves a la cristología. Doctor el 28 de julio de 1882 por León XIII.
20. San Juan Damasceno (675-749). Teólogo griego. Doctor el 19 de agosto de 1890 por León XIII.
21. San Beda el Venerable (673-735). Sacerdote benedictino. Padre de la historia inglesa. Doctor el 13 de noviembre de 1899 por León XIII.
22. San Efrén de Siria (306-373). Exégeta de la Biblia y escritor eclesiástico. Llamado "el arpa del Espíritu Santo” .Doctor el 5 de octubre de 1920 por Benedicto XV.
23.  San Pedro Canisio. (1521-97). Teólogo jesuita. Líder de la contrarreforma. Doctor el 21 de mayo de 1925 por Pío XI.
24.   San Juan de la Cruz. (1542-1591). Cofundador de los carmelitas descalzos. Doctor en teología mística el 24 de agosto de 1926 por Pío XI.
25.   San Alberto Magno (1200-1280). Dominico. Patrón de las ciencias naturales; llamado "Doctor Universallis" "Doctor Expertus". Doctor desde el 16 diciembre de 1931 por Pío XI.
26.    San Roberto Belarmino (1542-1621). Jesuita. Defensor de la doctrina durante y después de la Reforma Protestante. Escribió dos catecismos. Doctor el 17 de septiembre 17 de 1931 por Pío XI.
27.  San Antonio de Padua  (1195-1231). Fraile franciscano. Doctor Evangélico. Aclamado doctor el 16 de enero de 1946 por Pío XII.
28.    San Lorenzo de Brindisi (1559-1619). Vigoroso predicador de gran influencia en el período post Reforma. Doctor el 19 de marzo de 1959 por Juan XXIII.
29.  Santa Teresa de Ávila. (1515-82). Española, fundadora de las carmelitas descalzas, mística. Primera mujer Doctora de la Iglesia desde el 27 de septiembre de 1970 por Pablo VI.
30.   Santa Teresa de Lisieux. (1873-1897) Religiosa francesa carmelita. Autora de "La Historia de un Alma". Doctora el 19 de octubre de 1997 por Juan Pablo II.
31.    San Juan de Ávila (1500-1569)  Patrón del clero español y
32.  Santa Catalina de Siena. (1347-1380). Mística. Segunda mujer doctora de la Iglesia.  Doctora el 4 de octubre de 1970 por Pablo VI.
33. San Cirilo de Jerusalén (315-387). Obispo opositor del arrianismo en Oriente. Doctor el 28 de julio de 1882 por León XIII.
34. San Juan Crisóstomo (347-407). Obispo de Constantinopla. Patrón de los predicadores. Llamado "boca de oro" por su gran elocuencia. Aclamado doctor en 1568 por Pío V.
35.  Santa Hildegarda de Bingen   (1098-1179) Benedictina - Abadesa ambos aclamados doctores en octubre del 2012 por el papa Benedicto XVI los primeros del XXI.
36.  San Gregorio de Narek, doctor armenio (945) aclamado doctor por el Papa actual, en el 2015

Actualmente están en estudio algunos candidatos a acceder al título de doctor de la Iglesia, porque así han sido propuestos por algunas órdenes religiosas y son junto con la Madre Laura Montoya, los siguientes candidatos:
Luis María Grignion de Montfort. Vicente de Paúl, Tomás de Villanueva, Ignacio de Loyola, Juan Bosco, Antonino de Florencia. Bernardino de Siena, Lorenzo Giustiniani, Cirilo y Metodio, Maximiliano María Kolbe, Brígida de Suecia, Margarita María Alacoque, Verónica Giuliani, Gertrudis de Helfta, Juliana de Norwich, María Faustina Kowalska