LA CORRUPCIÓN

La culpa de los escándalos de corrupción se le puede achacar a la conciencia de Miguel Nule. Es que es muy difícil montar una empresa criminal en la que por lo menos uno de los hampones sufra de reatos de conciencia. Seguramente el pobre hombre no pudo volver a dormir después de haber hecho todo lo que hizo, en compañía de sus hermanos y secuaces. Utilizaron todo el poder de su chequera para corromper y corromperse.

Quedaron muy mal los políticos y los empresarios de Colombia. No todos, claro está, seguramente hay muchos que están haciendo las cosas bien. Los que ya quedaron bien fueron los Moreno, esta mañana Samuel habló, lo oí por la radio, resaltó todo lo que su abuelito les enseñó: prohombre de la patria, el único que gobernó luego de usurpar el poder, ¿qué más les habrá enseñado? También en una especie de salida del closet dijo que le podrían cortar la flor, pero no la (maldita) primavera.

Hay muchas aristas que es necesario analizar pero yo quiero hacer énfasis sólo en una de ellas, la cual someto a su análisis y consideración.

Centrándonos en torno a la familia Nule, sus operaciones reportan pérdidas para las finanzas públicas por el orden de los US 400 millones y subiendo, ya alguien habló de un billón de pesos, porque además de la plata que se embolató, tocará presupuestar la que toca meter para completar todo aquello que quedó a medias. Solamente a la 26 hay que meterle quinientos mil millones de pesos adicionales, según dijo un concejal de apellido Galán.

Se destapan varias vainas. Según la confesión de quien pagó las coimas, los porcentajes girados a la familia de Samuel o al Gobierno de Uribe son del orden del 6% de los contratos, aunque no se sabe aún si sobre valores netos o brutos. Esta es por lo menos una buena noticia, pues siempre se ha creído que el porcentaje era mayor, del 20 y 30%, tanto así que en algunos chistes se evoca al expresidente Turbay, cuando en algún magistral momento de la política nacional dijo que la corrupción había que ponerla en sus justas proporciones. Lo que no se sabía entonces, pero hoy se aclaró, es que la expresión “llevarla a sus justas proporciones”, tenía que ver con aumentarla al 10%. Yo tiendo a estar de acuerdo con esta tesis porque el 10% es la medida universal de la propina, de la coima. Si a los meseros le dan el 10% de comisión sobre las ventas, es necesario dar lo mismo a los contratistas del Estado, ¿cuál será el fundamento para que esté en el 6%, será que merecen menos?

Las necesidades de los funcionarios públicos corruptos y de los contratistas del Estado son altas: tienen que mantener la acción de un club, como por ejemplo la del Nogal, la matrícula y pensión de los niños en un colegio de esos de los que valen un infierno al mes, sostener un tren de gastos elevado para estar en el parche de los amigazos ricos y nuevos ricos con quienes se tratan y a quienes se quieren y tienen que parecer, pero también, los viajes a USA y a Europa, el avión privado, los yates, las peñas y las yeguas, y demás. Todo esto vale y vale harta plata.

Pero no sólo es estar de acuerdo con el aumento de la comisión, también se generarán varios problemas que deben ser analizados. El primero tiene que ver con la sanidad de las finanzas públicas de la Nación. Al aumentar en un 4% la comisión bajo cuerdas a los funcionarios, grandes cantidades adicionales de billetes circularían por la economía, lo que ejercería una presión injusta a la inflación, pues toda esa plata tendría que gastarse creando una falsa ilusión de riqueza y llevándonos de alguna manera a padecer una especie de enfermedad holandesa, la cual podríamos llamar la enfermedad barranquillera, como pingue homenaje a la ciudad que tanto experto en corrupción ha aportado a la Nación, pues todos estaríamos con los bolsillos llenos de billetes, pero altamente devaluados o sea ricos, pero con billetes de monopolio. Sin embargo, no todo es negativo. No todo se puede llevar a gasto. Será necesario ahorrar, en dólares por supuesto, lo que podría, al aumentar su demanda, jalar hacia arriba la tasa de cambio favoreciendo a los exportadores y ayudando al Banco de la República a cumplir con su mandato constitucional. Habría que estudiarlo.

Otro problema que se insinúa es el siguiente: como los porcentajes de remuneración por corrupción son tan bajos, seguramente se están aplicando a mayor cantidad de contratos. Es una consecuencia lamentable pero la culpa la tiene el mercado. Si se paga tan poca plata por cada contrato, es obvio que se tenga que aplicar a más contratos. Los derechos humanos de los funcionarios públicos corruptos y de los contratistas se mantienen y como tales el Estado debe garantizarlos, y ellos definitivamente no tienen la culpa, sus gastos son los mismos o incluso superiores.

Por lo pronto el problema no parece tener solución. Es vergonzoso y de sentarse a llorar. Que dolor que la poquita plata se vaya a tan pocos bolsillos y que el ciclo de la pobreza siga perpetuándose en el país.

CARTA A SANTOS

Antiguamente solo algunos de los paisitas miembros del alto gobierno fueron informados de que mi barrio era el mejor de Bogotá y por eso solamente algunos de ellos se vinieron a vivir acá y como Uribe los tenía enhebrados, salían con sus escoltas a primeras horas de la mañana y volvían a altas horas de la noche, en consecuencia los andenes y calles estaban libres de la acción descomedida, desproporcionada y abusiva de sus escoltas, motos y choferes. Solo en contadas ocasiones había desmanes que en últimas eran fácilmente administrables o por lo menos tolerables por la ciudadanía inerme y respetuosa de la autoridad y de sus abusos.

Cuando el ahora señor presidente Santos resolvió no irse a vivir al palacio de Nariño, rompió el precarísimo equilibrio que existía en el barrio, ahora los escoltas están completamente desconcertados y andan como locos, viendo como en la más precaria naturaleza quién es quién, el que deberá instalarse en la parte alta de la cadena alimenticia. El equilibrio natural que existía se volvió a romper, él lo rompió, las calles se llenaron de camionetas, escoltas, motos y soldados que están empeñados en hacernos saber a todos que su misión es la máxima a que puede aspirar un miembro de la Fuerza Pública: cuidar al señor Presidente de la República a su cónyuge y a sus vástagos. Para lo cual están dispuestos a todo, incluso a traer los efectivos de la guerra al otrora apacible barrio de Rosales.

Antiguamente ya sabíamos que el equilibrio del barrio era más o menos así, en la parte alta de la cadena alimenticia callejera estaban los escoltas: de Pedro Gómez, de Enrique Santos, de los traquetos del barrio, a veces muy ocasionalmente, los de la viuda de algún ex presidente, o los de un ex presidente, es que por aquí transitan, los Pastranas, los Samperes, pero también los Pomaricos, los Gómez, en fin, magistrados de las cortes, dueños de empresas, etcétera, mejor dicho la pesada, debajo de ellos estaban los yupis de la bolsa y los de las oficinas de abogados del sector, más abajo las amas de casa, los pensionados y por últimos los más ancianos del barrio.

Hoy en día el problema se agravó porque la mayoría de los altos funcionarios del Gobierno también viven en este barrio, hay ministros, jefes de departamentos administrativos, viceministros, porque gracias al cambio de mando resulta que ahora el alto gobierno se compone de bogotanos o de personas ya enraizadas en la capital, que como ya se deduce sabían que este es el mejor de la ciudad y por eso se instalaron en él y como hoy en día se les considera altos funcionarios o funcionarios que ostentan altas dignidades del estado y ya no los tratan como a ordeñadores del Ubérrimo, salen y regresan del trabajo a la misma hora que todo el mundo, además también almuerzan y como el jefe máximo lo hacen en la casa o cerca de su casa (del jefe) no va y los llame de urgencia: por eso el tráfico de la hora del almuerzo también se volvió la locura.

Ya la suma de males debemos agregar que el alcalde de Bogotá y el encargado de la secretaría de movilidad, son una par de idiotas que no hacen valer su investidura y todo el mundo se los pasa por la faja, la peor policía de Colombia, sin duda es la del tránsito de Bogotá.

Pero no todo es malo he visto personalmente varias veces cosas como la siguiente. A las 8:30 de la mañana pasa el señor Gobernador de Cundinamarca con sus 8 camionetas y otras tantas motos tirándose en el tráfico, pareciera que la única movilidad que les importa es la de ellos, los demás que se jodan, pero de pronto el convoy es partido por toda la mitad se les atraviesa una moto de la Policía, con un policía de esos de dos por dos y les daña el caminado porque viene la señora del presidente de la República quien pasa oronda, Coca Cola mata tinto, les echan camionetas más grandes, tripuladas por guaches más mal encarados y les joden el abuso a que estaban sometiendo a los vecinos mientras, los vecinos aplaudimos la acción. Un abusador es abusado por otro de más jerarquía.

A la misma hora, a pocas cuadras pasan no sé cuantas, veinte o más camionetas y motos y ambulancias, las que supongo del Presidente de la República, echándoselas a todo el mundo y mostrando las armas por las ventanas, lo entiendo y lo justifico, este barrio está lleno de personas de la tercera edad y todos lo sabemos, los viejos son malgeniados, mal encarados, y a pesar de que manejaron los destinos del país durante cincuenta o más años son terroristas en potencia, por eso el presidente y su escolta los tienen que abusar, espantar y amedrentar. Para eso se les echa la caravana completa encima. Así es como se ejerce el poder. Bien por ellos, aplausos y condecoraciones de orden público a los coordinadores de ese abuso. De todas maneras me encantaría saber qué pasaría si un Fitipaldi de esos estampa al Presidente contra un muro y lo jode, porque de escolta o no esas camionetas tienen un límite y yo creo que cerca del es que las manejan.

Hace poco una moto de la Policía paró a una escolta militar, sin duda, de alto mando porque eran un jurgo de piscos y fue chistosísimo ver las caritas de desasosiego y desamparo de todos ellos mientras les desfilaba por la cara alguien de la familia presidencial. Desafortunadamente no alcancé a ver quién era el mago, pero sí a gritarles vainas mientras me les reía en la cara

Lo verdaderamente entretenido ocurre al medio día, hay un verdadero choque de trenes porque los ricos, los poderosos y los famosos vienen al almuerzo y así sí se arma la de Troya, pues todos se sienten y creen dueños de la calle y en medio de ella todos quieren parquear, yo finalmente sigo sin entender porque uno puede comprar un carro de más de cien millones de pesos, pero no pagar un parqueadero de solo diez mil. En el Carulla de la 72 la gente parquea sobre la calle que está prohibido y sobre la carrera quinta donde también está prohibido, el resultado es que una vía arteria principal se convierte en una de un solo carril, mientras que el otro es el parqueadero de los escoltas que compran un sánduche y gaseosa y de las señoras y señores que entran a reforzar el mercado, en la calle siguiente sobre la misma quinta se parquean carros enfrente del restaurante Armadillo, será para facilitar el conejo de su patrón.

En la 70 entre quinta y séptima se llena a lado y lado la calle de escoltas y camionetas, tanto que se vuelve una calle de dos carriles y a veces de uno. Lo mejor de todo es que la Policía de tránsito de Bogotá no aparece por ningún lado, ni siquiera para multar a quienes ni siquiera tienen chofer. Es un caso típico de que la ley es solo para los de ruana, pues ellos son los que se joden con el trancón en los buses y las busetas.

Pero en realidad esta nota no es para defender a los de ruana, a ellos que se los lleve el tigre, finalmente así ha sido desde la época de la conquista y siempre hay de ruana, esta nota es en defensa de los viudos del poder, por ejemplo la esposa del presidente Pastrana y mamá del otro presidente Pastrana, la pobre tiene una camioneta con un chofer y una escolta, todo el mundo le pasa por encima, pilas, esto es un llamado a la sensatez y a la cordura, al presidente Samper y a su señora, con una camioneta genérica, un chofer y una escolta, chimbo, así no se puede, hasta los choferes de la policía les echan la Luv de servicio encima, eso por no hablar de por ejemplo del ex-ministro Palacios, él maneja su carrito con una moto de cortesía de la Policía, como será que el otro día un par de señoras lo iban a coger a calvazos.

No me parece justo señor Presidente que altere el equilibrio del barrio de esa manera, y esa es mi queja. Doctor Santos, por favor reflexione, sí es que usted en solo 8 o 12 años también será viudo del poder y como toda esta pobre gente, estará pariendo borugos en el hostil tráfico bogotano.

HOMBRÍA Y BARRIGA

En los blogs del tiempo apareció un post escrito por el doctor Salomón Jakubowicz, titulado grasa del abdomen: ¿cómo adelgazar la barriga? En el que hace unas afirmaciones que se deben celebrar.
Por ejemplo, sostiene el doctor: “los médicos sabemos que grasa abdominal no ocurre por comer en excesos y que adelgazar la barriga no es tan difícil”, pues bien, todos los gordos sabemos de estas verdades desde nuestra más tierna infancia, a mí personalmente me encanta ver su confirmación científica. Es la confirmación médica de lo que hemos alegado desde siempre. Comer en exceso no tiene nada, absolutamente, nada que ver con la gordura abdominal. Y, además, adelgazar la barriga no es tan difícil, lo cual es obvio, por eso es que a los gordos no nos preocupa la barriga, en cualquier momento se toma la decisión de bajarla y ya. Es una verdad de a peso, de Perogrullo, lógica básica, observación simple.
Pero, y ¿si no es la comida la razón de la grasa abdominal cuál podrá serla? Sostiene el galeno, refiriéndose a las mujeres, pero debe entenderse extensivo a los hombres, por tratarse en general de homínidos, “que algunas mujeres engordan en la barriga debido a que fabrican exceso de Testosterona provocando que aparezcan síntomas masculinos”, es lícito concluir que si eso pasa en las mujeres, también ocurra en los hombres, y que por lo tanto, el aumento de la grasa de nuestros abdómenes está relacionada con la fabricación en exceso de dicha testosterona. Directamente proporcional, diría yo, mientras más testosterona, más barriga.
Así pues, el exceso de hombría, tiene, entre otros, el efecto secundario de producir exceso de grasa abdominal o barriga, por eso, cómo primera prueba de nuestra virilidad mostramos engrosamiento de la zona media, abultamiento abdominal, exceso de grasa o barriga, al contrario, pero como prueba que refuerza, es claro, para todos, que el primer síntoma de homosexualidad masculina es llegar a los 30 sin barriga, como pruebas secundarias o complementarias de virilidad mostramos otros síntomas, como por ejemplo, alopecia androgenética, también conocida como caída del cabello, o calvicie. Se recuerda, porque hay espacio para hacerlo, que los andrógenos son hormonas sexuales masculinas y corresponden a la testosterona (que, se reitera, es la que provoca que aparezcan síntomas, claramente, masculinos: como la gordura abdominal), androsterona (es uno de los derivados de la verdadera hormona testosterona) y androstendiona.
La función de los andrógenos es estimular el desarrollo de los caracteres sexuales masculinos, todos los demás, y, barriga y calvicie. Hace algunos años, fue indicado, por parte de Daniel Samper Pizano, que los hombres calvos son más viriles que los que tienen pelo, pero también, que tienen menos oportunidades de probarlo. Podría establecerse un nuevo corolario y decir, que igual ocurre con los hombres gordos: los hombres gordos tienen más potencia sexual que los delgados por tener más testosterona, aunque también, menos oportunidades de probarlo.
Pero ojo, no se debe desestimar a las personas que presentan gordura abdominal, pues se descubrió qué además de puntear en asuntos como los de todos los tipos de inteligencia, testosterona, potencia sexual y otros, también lo hacen en otros como en ciertas prácticas sexuales, se sabe de personas que necesitan estrangularse para llegar al orgasmo, y ahora, de otras a las que les gusta el aplastamiento para lo mismo, y cómo dice el carpintero: mientras más pesado el martillo, más hondo entra el tornillo. Gustos de la sexualidad.
Las investigaciones científicas del doctor Jakubowicz evidencian también, que “ningún ejercicio, mucho menos masajes o inyecciones, sirven para disminuir localizadamente la grasa de la barriga” ya lo sabíamos, cualquier gordo abdominal del mundo lo sabe: el ejercicio no sirve para quitar la gordura. Combatir la gordura con ejercicio es como si para curar el alcoholismo se consigue un trabajo como barman, o para curar la gula el puesto es de panadero, además, y como ya quedó establecido, el gordo abdominal lo que luce es un músculo sexual, es el músculo de su sexualidad, de su potencia viril, igual que con ocurre en el reino animal; por ejemplo, con las plumas del pavo real, o con la giba del toro. Por otra parte la experiencia demuestra que por más esfuerzo que se haga, con ejercicio la barriga no desaparece, incluso se fortalece.
Por último, el doctor, señala con claridad absoluta y de manera incontestable, que “los músculos abdominales son tan pequeños que casi no consumen azúcar en comparación con otros músculos. Al realizar abdominales sólo se consumen 3 mg de azúcar en cambio cuando se realiza ejercicio que involucre a los músculos de las piernas, los brazos o la espalda se consume 300 mg de azúcar”, es evidente la futilidad de cualquier esfuerzo encaminado a combatir lo que no es más que una marca que la naturaleza impone a los homínidos que nadamos en Testosterona.
Por lo pronto es necesario divulgar estos nuevos conocimientos mientras logramos la nominación para el Nobel de medicina de este galeno.

EL IDIOMA DE LA DIPLOMACIA Y EL LENGUAJE DIPLOMÁTICO

Los últimos días han estado inusualmente activos en materia de asuntos internacionales, vimos y oímos la presentación del Embajador Hoyos en la OEA, las declaraciones del Presidente de la República respecto de la presencia de los guerrilleros y terroristas de las FARC en Venezuela y sobre los intentos o planes, de esa guerrilla para la retoma de los Montes de María, también, las del Canciller respecto de los resultados que espera obtener en UNASUR y en la OEA, respecto de las denuncias del Gobierno colombiano.

Desde los primeros minutos se percibió en la oratoria de Hoyos, que el lenguaje y el tonito utilizado no eran los adecuados para el recinto en el que se encontraba, pues eran los propios de una pelea con amigos, o con socios, o con copropietarios, también se hubiera podido utilizar aunque también hubiera sido agresivo en un Concejo Municipal, en una Asamblea Departamental o incluso en el Congreso de la República, pero nunca en un foro internacional de diplomáticos.

Es que su mensaje iba para las cancillerías y los Gobiernos de América. El mensaje no era el que un campesino cafetero, bravo, malgeniado o simplemente mal educado, de las montañas de Pensilvania, Caldas, dirigía a sus contertulios, cómo en algún momento de su intervención pareció, sino que era el mensaje que Colombia le enviaba a todos los Estados de América para poner en su conocimiento, cómo era, qué unas anomalías en el control del terrorismo, por parte del gobierno de Venezuela, estaban impidiendo la derrota del terrorismo de las FARC y el ELN y que adicionalmente se constituían en un peligro para toda la región, pues la tal revolución de las FARC se está exportando por toda ella.

Es claro que el Presidente de la República es quién tiene a su cargo la dirección de las relaciones exteriores, también lo es, que él es la persona a quien elegimos no una, sino dos veces para dirigirlas, y seguramente ese tonito y talante gustan a la mayoría de los colombianos, y está bien que seamos un país guascarrilera, a la mayoría le gusta que le espeten las verdades en la cara, pues se considera que la franqueza de la chabacanería es preferible a la decencia en la expresión de las ideas. Contra eso nada.

Declarar una guerra o romper relaciones diplomáticas con un país siempre es inconveniente, pero que el Gobierno saliente lo haga es francamente irracional, no se le ve la conveniencia a esta acción desde ningún punto de vista. Es tan grave que francamente debería ser exclusivamente del resorte del Gobernante entrante, es bastante flojo el argumento de que Uribe es presidente hasta las 3:00 p.m. del 7 de agosto, sobre todo para este tipo de conductas. No parece lógico que un Gobierno en sus estertores, esté tomando medidas, sobre materias tan graves. Si es tan imperativo romper con los venezolanos, es cuestión de esperar un par de semanas y que el nuevo gobierno las tome.

También es cierto, que Colombia no está sola en el concierto internacional y tampoco es potencia militar o económica, ni siquiera moral como lo considerábamos hace algunos años; traducido quiere decir, que no tenemos ni la fuerza física, ni el poder del oro, ni el liderazgo para que creamos que nuestras ideas y nuestros modales sean las que se deben imponer a nivel continental. Nuestra fuerza está únicamente en nuestros argumentos, por eso es tan importante que se presenten de manera adecuada.

Para las relaciones de las personas se inventaron la urbanidad y las buenas maneras y sirven para que personas de una misma sociedad se puedan entender entre sí, con unas reglas de educación y cortesía elementales, o mínimas de respeto, de modales y de lenguaje. A pesar de qué las diferentes regiones del país están habitadas por grupos humanos disimiles, hay un conjunto de mínimos que facilitan la interrelación entre unos y otros, y siempre son fáciles, salvo cuando las regentan la vulgaridad y la grosería.

Para las relaciones de las naciones pasa lo mismo, cuando las naciones se comenzaron a formar, fue necesario establecer reglas y protocolos de comportamiento que facilitaran el trato entre unas y otras, son reglas que parten del reconocimiento de la diversidad y que en medio de ella buscan los procedimientos que de manera más neutral y eficiente permitan el acercamiento entre las diferentes idiosincrasias.

La diplomacia es, según su definición, la ciencia o conocimiento de los intereses y relaciones de unas naciones con otras. Su práctica, como tal, comienza desde la Grecia antigua, y su importancia consiste en la generación de información fidedigna para los estados, la minimización de las fricciones potenciales y el fomento de las relaciones amistosas entre los estados soberanos. Todo lo contrario de lo que los directores de las relaciones internacionales de nuestro estado están haciendo. Primero la casaron con los ecuatorianos, después con los venezolanos y ahora último con los brasileños.

Las relaciones internacionales y la diplomacia no son otra cosa que el manejo profesional de las relaciones entre estados soberanos y sus reglas no son otras que las del sentido común y la comprensión aplicadas a las relaciones. “La diplomacia es, el conjunto de reglas y métodos que permiten a un Estado instrumentar sus relaciones con otros sujetos del derecho internacional, con el doble objeto de promover la paz y cultivar una mentalidad universal fomentando la cooperación con dichos sujetos en los más diversos campos (Cantilo, J.M. (1993). La profesionalidad del diplomático, GEL • Buenos Aires).

La diplomacia es, pues, un medio por el cual todos los países pueden resolver cualquier tipo de problemas sin tener que recurrir a la violencia, como si fueran amigos. El lenguaje de la diplomacia es cordial, neutro y específico. Con él se pretende evitar la guerra, evitar el conflicto, se mandan mensajes, se tienden puentes. Para declarar la guerra se evita el escenario diplomático, basta con hacerlo en voz alta en cualquiera otro, lo único que hay que hacer es pararse en un andén, con o sin Maradona y utilizando cualquier lenguaje se esputa el comentario, se manda el mensaje, se mueven las divisiones a la frontera. No se entiende por qué, sí esa es la actitud el escenario escogido fue la OEA. Para qué usar un escenario de lenguaje diplomático y no utilizarlo.

Para lograr sus efectos la diplomacia se ha inventado un idioma sobre el cual bascula todo su razonamiento, con el propósito particular de construir un espacio de cooperación, sobre la base de un contexto competitivo, donde cada una de las partes utiliza el poder de disuasión que tiene. Es un lenguaje que necesita centralmente tener la estructura de razonamiento de una ética de orden superior a la del campo en el que se opera. Esto, en términos de lenguaje común, podría denominarse: un lenguaje culto. Pero en este caso culto significa tener una estructuración lógica superior, que es la que agrega más valor y por ende genera más influencia.

Esto implica, además, que los plazos que se manejan van más allá de lo inmediato, es por eso Canciller, que uno no puede ir a los escenarios diplomáticos con el plan de resultados que espera por delante, para obtener esos resultados en el mundo de la democracia, se debe contar con años. Por lo menos curioso ese afán, tratándose de hombres del campo, pues allí la paciencia sí que es virtud. La habilidad para desenvolverse en el mundo de las señales diferencia al verdadero diplomático de quien simplemente desempeña funciones de ese carácter. Demuestra al mismo tiempo porque los agentes diplomáticos no pueden ser improvisados (El Lenguaje diplomático, Eduardo Jara Roncati, http://books.google.com/books?id=41Zh40OIXxsC&pg=PA207&lpg=PA207&dq=lenguaje+diplomatico&source=bl&ots=83NX6coKMg&sig=Y_ZruiWmlJLtlrlXW_QT_SqxFXU&hl=es&ei=cetQTPiNMYP48Ab62bGxCw&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=10&ved=0CDEQ6AEwCTgK#v=onepage&q&f=false).

Se necesita que sea ambiguo, para que se pueda llegar al poder de disuasión del que se dispone pero sin generar un conflicto que lleve a la confrontación. El poder de disuasión es un elemento tabú por lo que solo puede ser comunicado en forma ambigua. El lenguaje ambiguo es por definición conceptual e integrador de las partes, ya que cada cual proyecta en el mensaje lo que necesita escuchar. En el lenguaje diplomático está notoriamente separado el rol que toma un individuo de lo personal. De esa forma puede plantearse un conflicto entre roles sin que se afecte la relación personal. De la misma manera está separado, en general, lo institucional de lo personal y el Estado del Gobierno (Ontología unicista del lenguaje escrito y verbal. El lenguaje como impulsor o inhibidor de la inteligencia humana Peter Belohlavek http://www.unicist.org/es/papers/unicist_ontology_language_es.pdf ).

“Si en los ejercicios médicos las fórmulas latinas expresan los conceptos de los discípulos de Avicenas y resultan galimatías para los neófitos no iniciados; si el habla procesal de los abogados resulta inteligible para quien desconoce las raíces latinas e ignora los aforismos de romántico acento; si, en el vivir contemporáneo, los sistémicos de la electrónica en las comunicaciones abundan en siglas y comprimidos de sílabas; así también en el ejercicio diplomático se reclama formas de respetuoso trato, de adecuación a los eventos que se han de describir, de precisión en los extremos de las versiones, de manera que las naciones alcancen los entendimientos; cultiven los tratamientos, y determinen sus búsquedas, sin equívocos, desvíos o confusiones. (El lenguaje diplomático http://www.critica.com.pa/archivo/012399/opinion.html).

El idioma diplomático fue desde el principio el latín, un lenguaje neutro y que sonaba bonito, fue desplazado, gradualmente por el francés, después cohabitaron el inglés y el francés. Hoy en día, estos dos, junto con el español, ruso, árabe y chino vienen siendo los idiomas que se reconocen internacionalmente para el trabajo en las Naciones Unidas, son pues los idiomas de la diplomacia. Teóricamente cada diplomático tiene el derecho de usar su propio idioma y hacerse traducir al otro. (El idioma que se adopta en una misión debe consultar primero a la necesidad de hacerse entender claramente por su interlocutor, ser cortés con este y en definitiva que ello permita crear y desarrollar permanentemente el clima de cordialidad que debe reinar siempre entre una Misión Diplomática y un Ministerio de Relaciones Exteriores., pero el idioma no comprende los giros personales o los particulares de un microfundo.

A través del tiempo, la diplomacia ha ido desarrollando más allá de las formulas tradicionales, un sistema particular de comunicación, un lenguaje propio (En la diplomacia existen reglas de parlamento y trato sagradas; de manera que no se expresa más de lo querido; no se entiende más de lo recibido, razón por la que conocer efectivamente el sentido de las voces esenciales constituye logro y contribución básica al haber cultural de los diplomáticos de carrera y ejercicio). No se trata de las manifestaciones orales o escritas de la diplomacia, ni del idioma diplomático, sino del conjunto de mensajes tácitos que constituyen el medio de comunicación diplomático. Esta manera especial de comunicación está constituida por un conjunto de señales que dan a entender ideas las que en, consecuencia, deben ser emitidas adecuadamente a fin de que puedan ser interpretadas acertadamente por el destinatario.

Si un gobierno desea indicar algo a otro, pero no desea hacerlo expresamente porque podría resultar demasiado duro, hasta grosero, recurre entonces a mensajes tácitos. La actividad diplomática no se limita al envío de notas o al cumplimiento de gestiones. El diplomático debe trabajar con señales, lo que exige experiencia e imaginación. En este campo, el más abstracto, radica la dificultad y el arte de la profesión diplomática, a la que se alcanza trabajando en centros de alto nivel diplomático, con escuela y tradiciones propias. Se trata de una diplomacia simbólica donde el agente no se desenvuelve solo con los medios concretos, orales o escritos, sino a través del envío y traducción de señales.

Los rituales y el protocolo diplomáticoes existen independiente de quienes ocupen los cargos del Estado.

No entiendo, por qué, están diciendo que la presentación de Hoyos fue brillante, cuando fue todo lo contrario, fue agresiva, chabacana, grosera, vulgar. Brillante, si hubiera dicho lo mismo utilizando el lenguaje adecuado al escenario, es decir el lenguaje diplomático. A donde fueres haz lo que vieres. Tan fuera de foco un guache en un salón, como una dama en una gallera. Brillante, si con las herramientas adecuadas obtiene los resultados esperados. Ojalá este sea el último mensaje de que el fin no justifica los medios, que nos toque tolerar de este Gobierno.