LA ELEGANTE EXCOMUNIÓN DE MOCKUS

A raíz de la auscultación de las posiciones religiosas de los candidatos, la cual surgió a partir de la entrevista a Mockus que hizo José Gabriel y de la capitalización que de la misma hizo JJ, en la campaña de Santos; Mockus declaró en una entrevista que él era católico, pero que estaba elegantemente excomulgado por el hecho de haberse casado en matrimonio civil con su señora, Adriana Córdoba.

Como tenía la idea de que la excomunión era una sanción, y gravísima que lo ponía a uno de paticas en la calle, decidí leer sobre el tema y llegué a la siguiente conclusión:

Para un católico la excomunión es gravísima, pues implica apartarlo de los sacramentos y de prácticas eclesiales y entre paréntesis "rompe" la unión que el católico tiene con Jesús y su Iglesia, desde el momento del bautismo, pero más que sancionatoria, la finalidad de la medida es poner a la persona en situación de reflexión, arrepentimiento y reingreso, vía arrepentimiento a su condición de no excluido. Para el ex alcalde y candidato, cuando concluyó que por el hecho de su matrimonio civil con su señora, de él, había quedado “elegantemente excomulgado”, tenía razón y las razones que resumo y plagio, según las leí de algunos textos, son las siguientes:

Lo primero en lo que uno piensa cuando le hablan de la excomunión, es que es una sanción canónica por la cual un católico es parcialmente excluido de la vida de la Iglesia, que pone fin (al menos de manera temporal) a la unión que tiene con Jesucristo y su Iglesia, desde el momento del bautismo.

El concepto implica: la idea de la sanción, que implicaría un trámite para imponerla; y, la de una consecuencia que consiste en la pérdida de la unidad con Jesucristo y su Iglesia, es decir que sería lo peor que le puede pasar a un católico, pues impide la recepción de los sacramentos y el ejercicio de ciertos actos eclesiásticos y que además implica que su absolución, solo puede ser concedida, según el derecho de la Iglesia, por el Papa, por el Obispo del lugar, o por sacerdotes autorizados por ellos.

En cuanto al trámite para la imposición de la sanción, hay una excomunión automática, incurre en ella de manera automática, ipso facto, quien comete el delito y se trata de delitos sumamente graves, como la apostasía, al herejía, o cisma, la violación directa del sacramento de la confesión por un sacerdote y el procurar o participar en un aborto o la cooperación necesaria para que un aborto se lleve a cabo.

Hay otra excomunión que es consecuencia de un proceso formal, en el que la Iglesia, como madre y maestra, advierte sobre la seriedad de los males mortales para el alma y las consecuencias, con el propósito de atraer al pecador al arrepentimiento y el retorno a la comunión. Pero si este se obstina en el pecado, la excomunión le sirve para entender claramente su situación.

En casos de pecado grave y público, la Iglesia tiene además la obligación de proteger a sus fieles del escándalo que ocurre cuando se aparenta que el pecado grave es compatible con la práctica de la fe. El arrepentimiento hace posible la absolución de la excomunión.

Otro caso es el del pecado mortal permanente, sostenido y sin intención de arrepentimiento, como ocurre con el caso de las personas que se casan por lo civil, objetivamente su intención es la de vivir en pecado, no hay arrepentimiento. No aparece por ninguna parte el dolor del alma ni la detestación del pecado cometido con la resolución de no volver a pecar. La persona se pone libre y conscientemente en condición de pecado, se entiende por fuera de los sacramentos y en consecuencia como dice el ex alcalde: “elegantemente excomulgado”.

Así las cosas, parece que Mockus es católico y respetuoso de las disposiciones y leyes de la Iglesia y las acata simplemente porque están ahí. Si así lo hace con textos que no tienen más fuerza vinculante que la de la razón, seguro que lo hará con las normas de la República, que tienen fuerza vinculante y coacción para hacerse cumplir.

En cuanto al hecho del matrimonio por lo civil de Mockus con su señora, lo que recomienda la Iglesia es que los sacerdotes y toda la comunidad deben dar prueba de una atenta solicitud, a fin de que no se consideren como separados de la Iglesia, de cuya vida pueden y deben participar en cuanto bautizados.

Es en consecuencia, censurable como falta de caridad cristiana, además de miserable, la actitud de quienes pretenden ponerlo en condición de separado de la Iglesia y ateo, para forzar los votos católicos a favor del otro candidato. Son precisamente estas porquerías las que nos llevan a pedir el cambio y sumarnos a la marea verde.

HONRADEZ O HONESTIDAD

Por la nefasta influencia de quienes piensan, leen y escriben mediocremente con el inglés y que adicionalmente y casi por generalidad tienen un español de supervivencia, es decir casi todas aquellas personas que están sometidos al imperialismo cultural de los Estados Unidos, se ha venido confundiendo, entre muchas otras, el significado de las palabras honradez y honestidad, de tal suerte que se nos "envolató" el significado de los dos palabras y al igual, que en el inglés, se fusionaron y simplificaron en uno solo. Honradez y honrado desaparecen dentro del significado de honesto y honestidad, y ahora honesto significa honrado y ¿lo que era honesto por su parte qué?

Para explicarme, hagamos un poco de arqueología ortológica: Sostenía el lexicógrafo Eduardo García, en una cita traída por Argos en uno de sus artículos, pág. 448 de Gazaperas gramaticales, lo siguiente:

Que "la honestidad, de acuerdo con la etimología y el uso inveterado, es decencia y moderación en la persona, acciones y palabras: recato, pudor, urbanidad decoro, modestia."

Ricardo Alfaro, citado por el mismo Argos acota, calificándola como anglicismo, y dice que: "En el último medio siglo se ha puesto de moda entre oradores, escritores y periodistas decir honesto en los casos en que anteriormente se acostumbraba usar el adjetivo honrado. Antes de ese tiempo, honesto correspondía a un concepto de castidad, honrado al de probidad. El inglés solo tiene un congénere honest para las dos acepciones, y la influencia de esa lengua nos ha hecho volver a un uso que ya era obsolescente y raro. Parece ser tradicional en el castellano la preponderancia del concepto de recato, pudor y castidad en las voces honestidad y honesto."

“Ocurre esta circunstancia curiosa en el uso del adjetivo honesto. Calificando al hombre, transmite a veces la idea de probidad. Calificando la mujer, denota invariablemente la calidad de recatada y casta”.

''Un hombre honesto' puede significar un individuo recto y probo. Pero por 'mujer honesta' se entiende siempre la que posee las virtudes de la castidad, el pudor, la modestia y el recato."

En resumen, paréceme fuera de duda que en el genio del castellano, honesto se asocia primordialmente con la idea de castidad, en tanto que honrado denota probidad y rectitud; y que si el uso de aquel adjetivo en esta última acepción no es puramente anglicano, demuestra al menos afectación nada recomendable".

Álex Grijelmo, también periodista, y estudioso del idioma sostiene por su parte en la obra "Defensa apasionada del idioma español, pág. 198 y 199, que:

"El presidente Bill Clinton vio cuestionada su honestidad en 1998 con el caso Lewinsky, pero no su honradez si nos expresamos en correcto español. En inglés, los dos conceptos forman parte de la palabra honesty porque los hablantes de ese idioma han querido poner en el mismo saco al que mantiene relaciones extramaritales y al que se lleva dinero de la hacienda pública, algo que el idioma español ha querido separar porque hemos heredado con la genética del idioma los matices que definen las dos conductas. La influencia del inglés, no obstante, está arruinando esa diferencia (en español lo honesto se aplica de cintura para abajo, y lo honrado de cintura para arriba) y hay quien resalta la cualidad de un político "honesto" cuando a nuestra cultura lo que más le preocupa es que sea "honrado". Si los norteamericanos pueden plantear la destitución de un presidente por sus relaciones sexuales y por haber defendido su intimidad ante los jueces, esa es su manera de pensar. Perder la diferencia entre "honrado" y "honesto", lo que ya está sucediendo en nuestro idioma, significa que empezamos a pensar en esto como ellos. Porque la lengua española sabe que existen atenuantes de la mendacidad. Nunca pondríamos en el mismo saco las trampas políticas de Richard Nixon en el caso Watergate y las mentirijillas de Bill Clinton respecto de lo que disfrutaba en su despacho. Y, sin embargo, los norteamericanos lo han hecho, sin duda porque, en la práctica, no han diferenciado esas dos situaciones con dos palabras distintas".

Pero no todos le echan la culpa a la lengua de los anglos, también los hay, que se la endilgan a la de los galos, ellos dicen que honesto es un galicismo porque la primera acepción de la palabra Honnete en francés es 'conforme a la probidad'.

En fin, para todos los gustos. Por su parte el diccionario de la Real Academia de la Lengua, según cita textual transcrita a continuación, ya recibió, en la cuarta acepción de la palabra honesto el significado de probo, recto, honrado.

honesto, ta.
(Del lat. honestus).
1. adj. Decente o decoroso.
2. adj. Recatado, pudoroso.
3. adj. Razonable, justo.
4. adj. Probo, recto, honrado

El castellano es lengua viva que está en constante evolución. Por lo tanto de manera permanente y habitual se nutre de otros idiomas, de las que toma las raíces, los prefijos, los sufijos, como ocurre del griego y del latín. De otras toma terminología técnica, como ocurre por ejemplo con el inglés. Es necesario permanecer con la mente abierta, para recibir los nuevos aportes, pero en alerta para que en el ejercicio no sacrifiquemos, simplificando, palabras de que ya disponemos y que como se ve, tienen sus propios matices y significados.

Se puede concluir con Argos, que 'honesto', queda así, consagrado por el uso moderno con el sentido de probo y ya no hay nada que hacer. Pero no se encuentra explicación para que se haya suprimido definitivamente el adjetivo honrado.

Por lo tanto el resultado neto es que frente a lo del inglés, culturalmente han ganado un significado y con el español nosotros y nuestros hijos. La hemos perdido.